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El infierno

Escrito por el 3 abril, 2018

Una nueva columna de «Economía en Cartón: detrás del humo del choripan»con el licenciado Leo Fusero, para El Bondi de la 88.

Aprovechando la distracción que provoca las vacaciones llamadas pascuas que una institución medieval y parasitaria del Estado logró imponer en el calendario de todos, creyentes o no, el Gobierno aumentó el colectivo, los trenes, el gas y el GNC. El aumento de las naftas queda en veremos, hasta que el desconfiado inversor extranjero devenido Ministro de Energía decida cuando gatillarlo.  Lo que para cualquier otro gobierno hubiera significado tapas de diarios con títulos como Tarifazo Salvaje, Despiadado Aumento o Nuevo Ataque al Trabajador, en el gobierno de la alegría se titula Corrección Tarifaria.

La palabra corrección implica que algo estaba mal, que ha sido reparado, arreglado, por lo que el lector de diarios pascuales, mientras descansa en Las Toninas, puede sentirse regodeado de que su voto amarillo fue correcto, ya que estos próceres de Bahamas o Panamá están resolviendo los problemas que dejó el populismo. En caso de que su hereje bolsillo lo distraiga de las meditaciones espirituales al hacerle notar que, solo en 2018, va a tener una pérdida de poder adquisitivo del 5%, que sumadas a las que viene teniendo, siempre que sea un espécimen raro de los que se denomina trabajador en blanco sindicalizado, va a dejarlo con dificultades para alimentarse, habrá otro factor de distracción. Allí está el párroco Esteban Alfón, que enfurecido contra dos estudiantes mujeres que festejaban en las escalinatas de la catedral de La Plata le pegó una patada a una de ellas. “La corrí como quien corre una silla”, se justificó el cura, denunciando la confusión entre objeto y sujeto tan cara a una institución que como logo tiene un cadáver crucificado y sangrando.

 El video recorrió todos los portales de noticias, tapando el anuncio de Danya Tavela, secretaria de Políticas Universitarias, que en el marco del Consejo Interuniversitario Nacional comunicó un recorte de 3 mil millones de pesos a las universidades públicas. En este caso, la justificación del recorte son “las readjudicaciones de fondos que realiza por estos tiempos el Ejecutivo respecto del presupuesto votado por el Congreso”. También se confunde en este caso legal con legítimo, ya que justamente el presupuesto lo determina el Congreso para que se ejecute, no para que el Poder Ejecutivo decida “readjudicarlo”.

 La confusión no es extraña a un gobierno donde “el Estado soy yo” resuena en la cabeza presidencial. Si queda alguna duda del poder de cobertura de los medios, baste el lector recordar que un recorte a las Universidades le costó el puesto al ministro Lopez Muphy en 15 días. En ese momento Clarín estaba en batalla contra el gobierno de De La Rua, al que le exigía una devaluación que licue sus deudas, como la que consiguió con el Duhalde, por lo que el recorte fue tapa de sus medios. Durante la semana se verá de donde viene la mano que oculte y distraiga a la población de enterarse que 44 de sus marinos murieron por desidia y negligencia dentro del arma estratégica más importante que poseía el país.

 El presidente, como Jefe del Estado Mayor Conjunto, es responsable. Quizás la ayuda venga de Roma, donde el Papa declaró off the record que el infierno no existe. En una lectura menos psicopática de los textos bíblicos, Francisco parece indicar que el infierno es alejarse de Dios. En ateo, alejarse de la verdad. Si bien cuenta con militantes de su credo en altas posiciones del gobierno, como la Opus Dei Vidal, o el Legionario de Cristo y poeta embrionario Estaban Bullrich, es bastante poco probable que quieran acercarse a la verdad cuando es a partir de la mentira y el engaño desde donde construyen poder. La verdad es para la gilada que paga los aumentos, el infierno para los ateos. Para los ricos, hay dos paraísos. El terrenal, en Bahamas, donde descansan sus dineros. El celestial, aún, está en discusión.


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