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Telos

Escrito por el 28 mayo, 2019

Leo Fusero nos trae la columna semanal de Economía en Cartón: Detrás del Humo del Choripan, con un amplio análisis del contorno político argentino.


Entrando en la fase final de la experiencia macrista, se desnuda el telos de su existencia. En filosofía, el telos es el fin, el propósito. Es aquello en virtud de lo cual se hace algo. Su razón existencial. El telos del macrismo tiene números. En sus casi cuatro años de gestión, la formación de activos externos (la fuga de capital) llegó a U$S 68.300 millones. La suma equivale a más de 300 años del presupuesto de la ciudad de La Plata. Ante un defalco de esa magnitud, sería lógico que el gobierno tomara medidas urgentes para evitar que se siga drenando la riqueza nacional. Sin embargo el robo se acelera. Según el Banco Central, solo en Abril, se fugaron U$S 7.000 millones, creciendo 14% la fuga respecto a Marzo. En el primer cuatrimestre de este año se fugaron U$S 25.400, un 50% más que en el mismo período del año anterior, suma que equivale a 3 años del presupuesto de la Provincia de Buenos Aires. El macrismo fuga un millón de dólares cada tres minutos y a ese ritmo las reservas nacionales solo alcanzan hasta Octubre. Semejante nivel de robo de la riqueza nacional no puede hacerse sin graves consecuencias sociales. Según el INDEC, en Marzo, la economía argentina se desplomó un 7% interanual, alcanzando once meses consecutivos de caída, destruyendo empleo y capital, pulverizando los salarios que no alcanzan para cubrir una canasta básica de pobreza de $30.000, que no incluye alquiler, cuando el salario mínimo es de $12.500 y la jubilación de $10.400. En la ciudad más rica del país, Buenos Aires, el 10% de la población con mejores ingresos gana 175 veces más que el 10% más pobre, cifra que es record histórico para la ciudad. Además, el 10% más rico se apropia del 50% de la riqueza y el 10% mas pobre del 0.3%. Si toda la riqueza fueran 10 pesos, el rico se queda con 5 pesos, y el pobre con 30 centavos.
Esos números calamitosos también pueden leerse de otra manera, ya que a su vez informan el nivel de riqueza que genera la nación. Las cifras testimonian que el dinero está, que el país produce y que genera riqueza suficiente para que todos sus habitantes gocen de un alto nivel de vida. Pero esa riqueza va a muy pocas manos. En la Argentina, 120 personas tienen un patrimonio superior a los U$S 1.000 millones, 1.100 personas tienen patrimonio superior a U$S 30 millones y 114 mil tienen más de U$S 15 millones. Solo el año pasado, la renta agraria produjo riqueza por U$S 10.000 millones, y el Estado recaudó U$S 100.000 millones en impuestos, que extrajo a los sectores del trabajo y la producción, pero dejó libre de costo a esos multimillonarios y a la renta agraria. 
La historia argentina puede leerse como secuencias de períodos donde el trabajo nacional crea riqueza, que luego es transferida a un grupo minoritario que amasa ingentes fortunas al apoderarse del trabajo producido por toda la comunidad. A un período de crecimiento económico en base al trabajo nacional, le sigue un período de apropiación de ese trabajo por sectores del poder real, que dejan el país saqueado. Sobre esa tierra arrasada, la comunidad vuelve a generar riqueza a partir del trabajo, para que en el período siguiente el mismo grupo minoritario se la vuelva a apropiar. Revolución de Mayo – Rivadavia, Rosas – Mitre, Generación del 80 – Década Infame, Perón – Revolución Libertadora, Frondizi – Revolución Argentina, Perón – Dictadura, Alfonsín – Menem y Kirchner – Macri son solo ejemplos de esa periodicidad, donde luego de crear riqueza por años, un grupo se la apropia. 
Para Aristóteles, todo tiene un propósito o fin último y si queremos entender que es determinada cosa, debemos entenderla en términos de ese fin último. El telos sería el objetivo perseguido por todas las personas, animales o plantas. El telos de una semilla es ser planta. Así, todas las cosas, incluidas las hechas por los seres humanos tienen un telos. El telos del ser humano es encontrar la felicidad y para ser feliz se requiere vivir una vida de virtud. Pero solo se puede ser virtuoso si se dan las condiciones adecuadas. Si una semilla para cumplir su telos debe tener suficiente luz y caer en el suelo adecuado para poder fructificar, el ser humano solo podrá cumplir su telos cuando se encuentre en una comunidad política bien construida, con educación y leyes adecuadas. El telos del macrismo está explícito. Vino a apropiarse de la riqueza nacional y a destruir al pueblo trabajador. Mientras su riqueza se acopie en pocas manos, es imposible pedirle a ese pueblo trabajador que sea virtuoso. Por siglos y cíclicamente, se le fue despojando de esas condiciones adecuadas para poder desarrollar sus virtudes. Pedirle que sea despojado, violentado y a su vez virtuoso es ilógico. Sería pedirle peras al olmo. La Argentina, desde esa perspectiva, no es más que un gran Deja Vu.

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