Ley de Identidad de Género: el reconocimiento de un derecho

Hace unos días se cumplieron 10 años de la sanción de la Ley 26.743 de identidad de género, por ese motivo Valentina Pereyra, Secretaria General de la Asociación Mujeres Meretrices de la Argentina (AMMAR) estuvo dialogando con El Oeste Despierta.

En los años anteriores al debate por el derecho a la identidad, se hacía compleja la vida cotidiana de las personas travestis, transexual y transgénero. La ley en torno al reconocimiento para las disidencias era invisible y estaba vista desde un paradigma que patologizaba el comportamiento humano.

Con la lucha, AMMAR y las distintas organizaciones en el año 2012 consiguieron el debate y la posterior aprobación de la Ley 26.743, conquistando así el derecho de «vivir libremente su identidad como lo desea y es feliz» expresaba Valentina Pereyra al aire de Raíces, al mismo tiempo remarcó que si bien a la ley aún le faltan ajustar algunos detalles «vino a reparar años de un montón de vulneraciones».

Pereyra profundizó además en la importancia que tiene la ley en cuanto a los derechos adquiridos. «Por una ley no vamos a cambiar la sociedad», expresó en cuanto al deseo de terminar con las desigualdades. Sin embargo remarcó la importancia del proceso de aprendizaje para respetar a las personas.

Consultada por los próximos derechos a conquistar, Valentina sostuvo que personalmente le gustaría que el trabajo sexual sea despenalizado dado que al día de hoy pese a no estar prohibido «se criminaliza un montón».

También resaltó la ampliación del derecho del cupo laboral travestis y trans, que como bien plantea la Ley 14.783 sancionada en el año 2015 bajo la firma de la ex diputada provincial Karina Názabal, el Estado debe tener al menos 1% de su personal integrado por el colectivo travestis transexuales y transgénero, aunque esté derecho su aplicación sigue como cuenta pendiente.