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Bañar al Gremlin

Escrito por el 11 septiembre, 2018

Economía en Cartón: detrás del humo del choripan. Columna sobre Economía para El Bondi de la 88.


En Abril de 1988 el gobierno radical decidió realizar cortes de luz rotativos de 5 horas en casas, industrias y comercios. Prohibió la iluminación de vidrieras, declaró asuetos administrativos, obligó a los canales de TV  a que operen sólo 4 horas diarias, los bancos de 8 a 12, adelantó la hora oficial, restringió los espectáculos deportivos a “ajustar su desarrollo a los períodos de luz solar”, eliminó el suministro para el alumbrado público de calles y afectó el abastecimiento del agua, que Obras Sanitarias tuvo que distribuir en camiones tanques por el Gran Buenos Aires. La razón de semejante colapso fue la salida de servicio de dos bombas de la central hidroeléctrica de Embalse Río III, junto con la central nuclear de Atucha, y un incendio que afectó la línea que transportaba energía desde El Chocón. El derrumbe completo del sistema eléctrico nacional tuvo origen en la desinversión en su mantenimiento, ya que en los tres primeros años del alfonsinismo las inversiones en generación alcanzaron a u$s 28 millones cuando en realidad deberían haber sido alrededor de u$s 250. No invertir al punto de dejar a la población en estado pastoril fue decidido por Alfonsín al reemplazar a Bernardo Grinspun, su primer ministro de economía, que  ejecutó una política de confrontación con el Fondo Monetario Internacional, ordenando auditar la deuda externa  con el fin de declararla ilegítima, por Juan Vital Sourrouille,  que inmediatamente y en secreto viajó a EE.UU. donde obtuvo el visto bueno del gobierno yanqui y el FMI. ​ Grinspun había tomado la decisión de no realizar pagos financieros al exterior e intentaba que Brasil y México repudien la deuda externa al mismo tiempo, lo que hubiese colapsado Wall Street.  La deuda, que había pasado de 7.875 millones de dólares al finalizar 1975, a 45.087 millones de dólares al finalizar 1983, había sido contraída por un gobierno militar genocida, lo que encuadraba perfectamente en el concepto de deuda ilegítima, deuda odiosa o execrable, doctrina del  Derecho Internacional  que sostiene que la deuda externa de un gobierno contraída, creada y utilizada contra los intereses de los ciudadanos del país, no tiene por qué ser pagada y por tanto no es exigible su devolución ya que los prestatarios habrían actuado de mala fe, a sabiendas, y por tanto dichos contratos son nulos legalmente. Fue usada muchas veces en la historia. El país que más veces la aplicó fue Estados Unidos, y la última vez que lo hizo fue en 2003 en Irak para no pagarle a bancos franceses e ingleses. 
La presión de los bancos acreedores, el FMI y los Estados Unidos, logró desterrar a  Grinspun y pavimentó la llegada de Sourrouille al ministerio de economía. Sourrouille  le quitó tres ceros a la moneda, anunció medidas de ajuste brutal para bajar el déficit fiscal del 11% del PBI al 4%, congeló salarios y tarifas. Pero el monstruo seguía vivo y los servicios de la deuda imponían una carga insoportable sobre el presupuesto y el balance de pagos. En 1989, el Banco Mundial suspendió su ayuda a la Argentina, el país entró en moratoria del pago de su deuda externa, devaluó su moneda 150 % en un mes, aumentó las tasas de interés de forma descontrolada, perdió todas las reservas del Banco Central y disparó la inflación al 3000%.
El entonces ministro de Obras y Servicios Públicos, Rodolfo Terragno, que hacía malabares para justificar la falta de electricidad, tuvo una última misión encomendada por Alfonsín. Viajar hasta Anillaco y avisarle a Menem que iba a dejar el gobierno. Terragno encontró que Menem no estaba solo en su casa. Lo acompañaba Héctor Magnetto, mandamás de Clarín. Al asumir, Menem nombró a Javier González Fraga en el Banco Central, que disolvió el Centro de Estudios Penales, entre cuyas finalidades estaba la realización de investigaciones empíricas sobre los delitos financieros. Ni hablar de investigar el carácter ilegítimo de la deuda externa. Desmantelar cualquier control sobre las finanzas y la deuda del país fue el único logro de González Fraga al frente del central. Sus otros “logros” fueron el récord de inflación anual del 3.079 % y una suba del dólar de 2.038 %.
González Fraga fue denunciado por Elisa Carrió por lavado de dinero proveniente del tráfico de armas y narcotráfico. Con clásica ironía radical, Ricardito Alfonsín hijo lo eligió como compañero de fórmula para las presidenciales de 2011. En octubre de 2016 fue designado como director de Papel Prensa en representación del Estado Nacional. En enero de 2017 Macri lo designó al frente del Banco de la Nación Argentina, donde concurre poco. Su vacante es ocupada por Juan José Gómez Centurión, un ex carapintada negacionista de los crímenes de la dictadura sin ninguna experiencia en finanzas o bancos.
Bernardo Grinspun falleció el 11 de octubre de 1996. Al momento de morir su única propiedad era un departamento en el barrio de Belgrano de la ciudad de Buenos Aires.

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