Por Gustavo Di Marzio

A principios del siglo XX la Historia fue sacudida por nuevos modos de
pensar que trastocaron la noción de sus tiempos. Por entonces Benedetto
Croce, destacado filosofo e historiador italiano, cuya obra influyó en
pensadores claves, tales como Antonio Gramsci, sostuvo que la Historia
no era más que una función del presente, y lo sintetizó con una frase
que es casi un programa: “Toda la Historia no es otra cosa que historia
contemporánea”.
Hace un par de días, la Presidenta de la Nación,
Cristina Fernández de Kirchner, ha expresado con la contundencia y la
precisión política que la caracterizan: «La denuncia del Fiscal Nisman
nunca fue en sí misma la verdadera operación contra el Gobierno. Se
derrumbaba a poco de andar. Nisman no lo sabía y probablemente no lo
supo nunca. La verdadera operación contra el Gobierno era la muerte del
Fiscal después de acusar a la Presidenta, (…)” “Lo usaron vivo y después
lo necesitaban muerto. Así de triste y terrible”. Y posteriormente, en
la misma carta, recuerda el caso impune de “Lourdes Di Natale, ex
secretaria de Emir Yoma, quien lo denunció por pago de coimas y fue una
figura clave en la venta ilegal de armas. La causa se cerró y Lourdes
sigue “suicidada”.
En estas circunstancias, es cuando queda claro
que lo que pasó sigue pasando; y queda expuesta la relación espuria y
ominosa entre el neoliberalismo, el neogolpismo y la impunidad de la
clase dominante, la oligarquía, y sus diversos representantes, a lo
largo y lo ancho del amplio espectro político en nuestro país.
Nada nuevo bajo el sol. En estos días también se cumple un año de un
editorial del Wall Street Journal que sostenía la recalcitrante tesis
del mundo del revés: “los gobiernos de Carlos Menem y Fernando de la
Rúa, que han destruido la riqueza del país, aparecen como los que la han
creado y multiplicado. Los gobiernos de los Kirchner, que han
recuperado el país del desastre recibido, aparecen como los que habrían
destruido esa riqueza.” Emir Sader
ttp://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-238249-2014-01-22.html
Así están planteadas las cosas. No es casual que los mismos sectores
políticos, sociales y económicos que se beneficiaron y siguen
reivindicado al neoliberalismo que llevo al país a la crisis casi
terminal de diciembre de 2001, participen en mayor o menor medida, y en
diversos roles, en todas las variantes del neogolpismo que hemos sufrido
durante esta ultima década (fuga de capitales, corridas cambiarias y
bancarias, lock-outs patronales, campañas desestabilizadoras mediáticas,
etc), hasta hoy, sean quienes se han beneficiado de la impunidad por
todos esos hechos, y que sean también corresponsables políticos del
¡todavía pendiente! esclarecimiento de los atentados a la embajada de
Israel (1992) y la AMIA (1994).
En su discurso por cadena
nacional, Cristina dejó en claro que es la principal representante y
conductora del Pueblo y de la Nación.
Una vez mas, Cristina
ratificó el rumbo y avanzó con una iniciativa extraordinaria para
profundizar la transformación del Estado, citando a Néstor Kirchner, en
su mensaje fundacional del 25 de mayo de 2003:
Otra vez, como
durante la ultima dictadura, como durante la “tercera década infame
(1989/2002)”, el presente y el futuro de nuestra Argentina se dirime
entre el neoliberalismo, neogolpismo e impunidad, o la profundización y
la consolidación del gobierno del Pueblo y la Memoria, la Verdad y la
Justicia.

Diputado Provincial Frente Para la Victoria