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Morfar y chupar

Escrito por el 29 octubre, 2018

Un nuevo análisis sobre la actualidad financiera y económica de la Argentina en tiempos macristas de Leo Fusero para Adios Mundo Cruel.

La llegada del verano y la imposición social de lucir cuerpos estéticos y enfermos produce un aluvión de gimnastas y runners en estado de desesperación. Saben que comer asado es más simple que bajar las 1700 calorías que aporta su ingesta, y que es más simple aún adosar las grasas saturadas al abdomen con una buena siesta embriagada de vino que tomar agua mientras se hacen horas de ejercicios pesados. Sería ilógico querer lucir atlético con una dieta basada en sedentarismo, grasas saturadas y alcohol. 
Pero el macrismo, para encarar el verano, eligió morfar y chupar. La baja del dólar conseguida ofreciendo hipertasas de interés, que ayuden a reemplazar Lebacs con tasas de interés a tres meses del 60 % por Leliqs con tasas de interés a siete días del 75% es cambiar mollejas  por choripanes en nombre de la salud. Las Leliqs (Letras de Liquidez del Banco Central) pagan 1.38% semanal, que implican una tasa de interés del 103% anual. A diferencia de las Lebacs, las Leliqs solo pueden ser compradas por los bancos, que invierten en ese instrumento financiero los fondos que los ahorristas depositan. Reciben dinero de la gente ofreciendo tasas del 40%, se dan vuelta y la prestan al Estado al 75%, haciendo un gran negocio de intermediación financiera sin ningún servicio a la economía real. La única forma de mantener a los ahorristas en plazo fijo en aumentarles cada semana la tasa, hasta que en un momento no renueven sus plazos fijos por miedo a perder sus depósitos, y con esos pesos corran al dólar, que ante la engrosada demanda volverá a subir de precio espiralizando la inflación, inflación que según el mismo macrismo solo puede ser detenida aumentando la tasa de interés. El error, si alguno, es usar textos escritos para los EE.UU. donde no hay política cambiaría sencillamente porque producen dólares. Subir la tasa en esa economía saca dinero del mercado, contrae la demanda, baja la inflación y estabiliza los precios. Con  una economía estabilizada hay horizonte de mediano plazo para que aparezcan inversiones productivas que aumenten la oferta y hagan crecer la economía. Cuando el estado devuelve esos préstamos con interés, al haber crecido la economía, hace estéril el aumento de la base monetaria, porque el dinero que emite para devolver el interés es similar al volumen de nuevos bienes o servicios que produce una economía en crecimiento. Si la economía crece 4% y la cantidad de dinero aumenta 4%, la impresión de dinero no es inflacionaria, ya que solo se imprimen los medios de pago necesarios para los nuevos bienes y servicios creados. 
Es evidente que una política de tasas altas solo puede mantenerse por un mínimo plazo de tiempo, el necesario para estabilizar los precios. Mantenerla en el largo plazo no solo hace que la economía no crezca, sino que produce el efecto contrario, donde el Estado se acapara de todo el crédito productivo disponible, con efectos de destrucción de empleo, cierre de empresas y caída del Producto. Esa parte es la que el macrismo parece olvidar, ya que lleva más de 3 años de política de tasas altísimas, y tiene como solo horizonte seguir subiéndolas. Si en la teoría es fundamental que la economía crezca, no coincide esa política de tasas altas con el presupuesto donde el mismo gobierno y el FMI proyectan recesión para los próximos años. Si hay recesión nadie compra nada, por lo cual la gente no va a demandar pesos y con los intereses ganados solo tiene como salida el dólar, salida que no tiene en EE.UU. porque su propia moneda es el dólar.  En EE.UU al no tener esa salida, con los intereses compra un pulóver, y reactiva la economía. Macri nos quiere convencer que en recesión y timba financiera los argentinos van a preferir comprar pulóveres que dólares. Incluso si quisieran comprar pulóveres no existen los pesos necesarios para hacerlo, ya que el mismo Carlos Melconian indica que la economía argentina tiene hoy menos dinero que durante el mismísimo corralito. Para agregar nafta, el plan acordado con el FMI impone emisión cero. Si antes había bicicleta financiera, el gobierno optó por dopar al ciclista. 
El mercado descuenta que la bomba de la deuda externa va a refinanciación como única salida posible. Como ya no podían seguir endeudándose en el extranjero porque nadie les prestaba ni les creía, decidieron hacerlo en el mercado interno.  A futuro, la única forma de eliminar las Leliqs es eliminar los plazos fijos, pero refinanciar las Leliqs implica refinanciar los plazos fijos donde un tercio de los fondos son del mismo estado. Sin cambios bruscos de política, o hay un default generalizado o hay una explosión bancaria. Si bajan la tasa de interés, la gente se va al dólar, por lo cual la única forma que tienen de evitarlo es robarle los plazos fijos. Pero como todos los ingresos de los bancos son los intereses de las Leliqs, refinanciar (no pagar) las Leliqs implica la quiebra de los bancos. Así las cosas el macrismo tiene solo dos salidas posibles. Refinanciar las Leliqs a larguísimo plazo confiscando los plazos fijos, compensar a los bancos con liquidez para que no quiebren y devaluar a morir para evitar la fuga de capital y promover exportaciones, o recibir una parva de dólares de Trump que permita dolarizar luego de una brutal devaluación, a cambio de media Patagonia.


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