El sabor del polvo
Escrito por nicohernandez el 10 septiembre, 2019
Leo Fusero nos trae la columna semanal de Economía en Cartón: Detrás del Humo del Choripan, con un amplio análisis del contorno político argentino.
Un rico llora de emoción desde el balcón del palacio de gobierno. Inmortaliza el momento con una foto junto a su mujer-adorno. Lo embriaga la sensación de saber que esos miles, allá abajo, aún no se dieron cuenta que él es más rico gracias a ellos y que ellos son más pobres gracias a él, escena que a todo mercader de explotación laboral deberá conmover hasta las lágrimas. Es la realización de la profecía autocumplida de este capitalismo globalizado, del cual solo los ricos salen beneficiados. Sus perdedores, son aquellos que lo vitorean desde la plaza, situados entre el percentil 75 y el 90 de la distribución global de la riqueza, cuyos ingresos se han mantenido estables o se han reducido alrededor de un 5% en las últimas dos décadas. Son la clase media-alta global, ciudadanos de países cuyos ingresos se han estancado. El conmovido mercachifle pertenece a la clase cuyos ingresos reales aumentaron en un 60% durante las dos últimas décadas, el 1% más rico de la población mundial. Si bien la escena así descripta es real, ya que los de abajo cayeron mientras el balconero subía, también es real que era una escena donde ricos vitoreaban a otros más ricos. Una rave millonaria en la plaza de los trabajadores peronistas festejando la Plutocracia. En Argentina hay unas mil personas que tienen más de 30 millones de dólares, que en conjunto reúnen unos 140.000 millones de dólares de patrimonio, prácticamente la mitad del devaluado PBI Argentino. Esos son los sponsors oficiales de la fiesta. El 7% de la población mundial aún vive en condiciones similares a las que se vivía en la Inglaterra de hace dos siglos. El 45% vive como se vivía hace un siglo y solo un 15% comparte estándares británicos actuales. A pesar del crecimiento de las regiones más pobres del mundo en las últimas décadas (China, India, Indonesia, Brasil), la desigualdad interior, dentro de cada país, ha aumentado. El 70% de la población mundial tiene menos de diez mil dólares de patrimonio, el 21% tiene entre diez y cien mil, el 8% tiene entre cien mil y un millón y menos del 1% tiene más de un millón de dólares. El 46% de la riqueza mundial está en manos de 28 millones de personas. La homosociabilidad de las parejas modernas hace que un rico se case con una rica, provocando que sus herederos sean aún más ricos que sus padres. Muñidos de poder político, naturalmente de desentienden de los servicios públicos, ya que ellos pueden costear sin problemas la salud, la educación y la seguridad, sin necesidad de recurrir al Estado.
Desilusión y desasosiego son dos de las palabras más usadas en los boleros que el círculo rojo emite en estos días como lamento ante los resultados de la gestión del gato fugador. Después de apoyarlo durante años, algunos de los hombres más poderosos del país se dieron cuenta que Roma no paga traidores, pero que puede ser incendiada por Nerones. Macri les pidió el uno por ciento del valor de sus empresas como aporte de campaña ya que en su gobierno “ganarían mucho dinero” y cuatro años después las pizarras del imperio les indican que sus grupos empresarios valen la mitad que en 2015. Antes de las primarias, el valor sumado de las 74 empresas listadas en el Merval ascendía a casi USD 52.700 millones. Poco más de dos semanas después, y con una devaluación de más de 20%, valen en conjunto USD 27.600 millones, un 47% de diferencia. Las más golpeadas fueron los bancos y las energéticas. Entre ellas hay tres que perdieron más del 60% de su valor de mercado: Edenor 66%; Transener 65%; Galicia 62% y Macro 60 por ciento, todas con precios que están por debajo de los de 2011. La acción de YPF vale menos que cuando fue reestatizada por Cristina, y hay bonos que ya valen USD 35, algo que no pasa en ningún lado, salvo la denostada Venezuela. Los pocos que no fueron encuadernados y tienen libertad de palabra pusieron el grito en el cielo, como el dueño de Swiss Medical, Claudio Belocopitt, que ya sin necesidad de velo, en el canal del que es propietario, declaró que “se la chorearon”. Tocado por la decisión oficial de extender los vencimientos de la deuda de corto plazo (Letes y Lecaps) entre 3 y 6 meses, dio en el clavo al indicar dos eventos en los que Macri también ha hecho historia. No hay antecedentes de un default en pesos. Es la primera vez en la historia argentina que un gobierno deja de pagar deuda en pesos, moneda que emite. A nivel Estado, no pagar deuda en pesos es similar a que un trabajador se deba a sí mismo su salario. Sencillamente no existe. El otro record macrista es que, por primera vez en la historia, un gobierno defaultea deuda que el mismo gobierno emitió. Los default anteriores fueron por deuda vieja, acumulada por años de mala gestión, que en determinado momento se volvió impagable. Jamás ocurrió que un mismo gobierno emita y defaultee su deuda. Hay una tercera innovación histórica del Macrismo. Su presidente será, por primera vez desde la reforma constitucional, el único que no conseguirá ser reelecto luego de un primer mandato, ya que su daño alcanzó a los inmunes de siempre, que por primera vez sintieron el sabor del polvo.