NUNCA MÁS: EN EL MES DE LA MEMORIA HABLAMOS CON EMILCE MOLER
Escrito por Luz Lorenzo el 15 marzo, 2023
En el mes por la Memoria, la Verdad y la Justicia, una de las cuatro sobrevivientes de La Noche de Los Lápices, Emilce Moler, dialogó con Raíces Rock en el Oeste Despierta y reflexionó sobre las luchas, los procesos históricos y la construcción de sentidos.
El 24 de marzo es el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia y se conmemora a las víctimas de la última dictadura militar en Argentina y la denominada Noche de los Lápices es un capítulo más de esta desgarradora historia.
Entre el 9 y el 21 de septiembre de 1976 los grupos de tareas (GT) secuestraron a diez estudiantes de colegios secundarios de la ciudad de La Plata, militantes de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) y de la Juventud Guevarista, siendo la noche del 16 de septiembre cuando se perpetraron la mayoría de los secuestros. La excusa fueron los reclamos por el Boleto Estudiantil, que se había realizado un año atrás, aún en democracia.
Emilce Moler, de sólo 17 años, fue sacada de la casa de sus padres con los ojos vendados y en pijamas. Ella forma parte de los sobrevivientes de esa fatídica noche junto a Pablo Díaz, Gustavo Calotti y Patricia Miranda. Los otros seis estudiantes secuestrados durante este período, María Claudia Falcone, María Clara Ciochini, Horacio Ungaro, Claudio de Acha, Daniel Racero y Francisco Muntaner continúan desaparecidos.
Emilce Moler era una militante del UES y hoy es una militante por los derechos humanos en general. Su reflexión sobre la situación actual en términos de Memoria, Verdad y Justicia es vital para comprender el camino recorrido.
¿Qué nos falta? Nos falta muchísimo, pero yo creo que podemos estar satisfechos con muchas cosas. Básicamente lo sintetizo en: hay una condena a la dictadura, hay una condena en su mayoría a la dictadura, que eso otros países no lo han logrado; hemos realizado juicios, con todas las vicisitudes, las lentitudes y, quizás, no toda la completitud que necesitamos, pero juicios ejemplares y tenemos, por lo menos, los referentes máximos condenados, por supuesto nos gustaría en cárcel efectiva y demás, pero no es menor tenerlos… y hay una condena a la cuestión torturas y a la apropiación de los nietes.
Y si lo comparamos con otros países vemos que no ha sido así, hay otros países que no han podido saldar estos procesos históricos, hay otros países que no han podido condenar, hay otros países que no se han permitido ni siquiera revisar estas cuestiones.
Emilce reconoce los logros y se enorgullece del camino transitado. Menciona el compromiso político que permitió encarcelar a los represores e incluso destacó la participación de Axel Kicillof en la movilización realizada el año pasado por La Noche de los Lápices, siendo el único gobernador en participar de esta histórica marcha. Lo rescata como algo significativo que tiene que ver con el reconocimiento de esa lucha, pero también señala que aún hay un largo camino.
Ahora, el gran desafío es cómo sostener todo eso, ese es el tema. Nosotros acá estamos en un problema, donde logramos un montón de cosas y ahora el tema es, a lo largo de los años, con una democracia avanzada, cómo sostenemos este tipo de cosas, en este mundo en donde las derechas avanzan y hay negacionismo, entonces cómo nos posicionamos, ese es el punto.
Emilce hace alusión a los movimientos fascistas que se está desatando en el mundo, pero también al negacionismo inherente y aún presente en nuestra sociedad, a la manera en que algunos temas aún son cuestionado como si no se tratara de una verdad innegable que los derechos, nadie, antes ni Nunca Más, debería violentarlos.
Hay algo en donde no puede haber duda, es justamente el tema de derechos humanos y, por otro lado, tampoco como sociedad podemos aceptar un desaparecido en democracia, Julio López o el caso de Maldonado, o sea, no es admisible y, sin embargo, no hay una respuesta tan masiva como tendría que ocurrir.
Entonces nos preguntamos “Bueno ¿Qué pasa?” Como como que pudimos avanzar bastante con las compañeras y los compañeros desaparecidos de los años 70 y nos está costando mucho mostrar que es inadmisible de la misma manera una desaparición en democracia.
Es en este punto donde Moler reflexiona sobre el lenguaje, sobre los conceptos y la ideas unidos a esos conceptos, y la forma en que en su uso se pueden deslegitimar muchas luchas. En este sentido plantea cambios en el paradigma del lenguaje, que no sólo tergiversan los conceptos sino en donde las palabras han sido banalizadas y ya no se adjudican responsabilidades, lo que implica que algunos conceptos hoy estén en crisis.
Entonces los tres ejes que, para nosotros, hicimos pilar, Memoria, Verdad y Justicia, hoy en día son cuestionables. La emoria porque cuesta mucho traer todos los hechos del pasado al presente; la verdad porque en el lenguaje cotidiano pareciera que la verdad no importa; y la justicia está cuestionada.
Entonces, esos tres ejes: llegar a traer los hechos, demostrar que fueron verídicos y que se juzguen… hoy en día esos conceptos están en crisis, entonces vamos a tener que construir nuevas palabras, nuevas maneras de comunicación, nuevo acuerdos sociales generales, en donde, tenemos que entre todos establecer que Nunca Más un desaparecido en democracia, Nunca Más la tortura.
Emilce también ve en el lenguaje una posibilidad, puesto que ahí donde aparece el negacionismo, la banalización y hasta la naturalización de hechos que para nada son naturales también se revela que hay una generación que supo incorporar ciertos conceptos e ideas e imponerse desde el Nunca Más.
Yo creo que acá nosotros pusimos mucha energía en instalar todos los temas, fuimos bastante creativos ¿no? Yo siempre digo, la figura de la silueta no existía como figura de la silueta, se fue construyendo; el pañuelo como símbolo no existía, se fueron construyendo; las palabras Memoria, Verdad y Justicia o el “Nunca Más” fueron construcciones, no viene todo dado.
Entonces yo trato siempre de demostrar que todo se construye y en esa construcción, las nuevas generaciones, nosotros, las nuevas generaciones, todos, tenemos que ir construyendo cómo nos oponemos a esos intersticios que se están colando con esta liviandad de lenguaje.
Como víctima de la dictadura militar, pero también como mujer, Emilce Moler sabe que esa construcción implica una lucha y destaca el 8M como un día importante en este mes de la Memoria.
Me parece que un claro ejemplo de los procesos complejos que tiene esto de las luchas, las memorias y demás se sintetiza en este marzo. Aparece una fecha como el 8 de marzo, con una fecha de lucha de la mujer que se fue también amasando, si lo podemos decir así, a lo largo de tantos años. Es decir que los procesos no son lineales.
Cuando al 24 de marzo le agregamos otra fecha como el 8 de marzo, de grupos más débiles como en las cuestiones laborales de las injusticias de las mujeres, y bregamos por esas luchas, bueno, vamos a agregando luchas a nuestras agendas y me parece que hay que ponerle un valor a eso, no nacimos con un 8 de marzo.
Emilce nos dice que construir nuevos sentidos es posible, que las luchas nunca son en vano y que el movimiento feminista y sus logros son un ejemplo de ello.
Todo el movimiento feminista me sorprendió en cierta medida, me sorprendió gratamente. O sea, si vos me ponías quince años atrás, que para un proceso histórico no es nada, “va a haber un aborto legal” vos me decías “pero no, estamos locos” vamos a decir, ni se lo pensaba, no estaba en la agenda, por más que había mujeres históricamente luchadoras. Y de golpe cómo se hizo, cómo se formó, un boca a boca, no fue con medios masivos y, bueno, se formó.
Yo soy una empedernida optimista en ese sentido, en que los procesos se van a ir dando, hay momentos de más oscuridad, como los que vivimos de retroceso cuando ganó el macrismo y otros que bueno, tenemos que ir avanzando, lo procesos históricos se irán viendo.
Emilce fue secuestrada a los 17 años y hoy con 64 continúa siendo una activa militante por los Derechos Humanos. Memoria, Verdad y Justicia son el estandarte en una lucha por su reconcomiendo como conceptos inapelables, sólo desde allí, desde el reconocimiento y esclarecimiento de nuestro pasado podemos construir, sólo desde allí lograremos que los lápices sigan escribiendo.