ROSA RODRÍGUEZ CANTERO: “LAS ARRUGAS Y LA FLACIDEZ TAMBIÉN SON LINDAS”

En Socorro nos visitó Rosa Rodríguez Cantero, escritora de 76 años, referente feminista y de los viejes, con poemas y escritos que hablan sin tabúes del sexo en la tercera edad.

Por la tarde de Socorro de la 88.9, pasó Rosa Rodríguez Cantero, escritora de 76 años, quien se ha convertido en referente del feminismo, defensora de los derechos de los adultos mayores y especialista en derribar tabúes, con obras en las que conecta la poesía con el deseo sexual y el amor en la tercera edad.

Rosa expresa que la sexualidad se vive de un modo diferente para los adultos mayores, pero en esas diferencias también se puede encontrar belleza

El cuerpo cambia. Un tipo hasta los 30, 35 tiene unas erecciones que son para fotografiar. Un viejo de mi edad no tiene esa erección pero tiene la ternura, tiene el encanto. Hay que volver a acariciarse, volver a descubrir los cuerpos y descubrir que las arrugas también son lindas, y que la flacidez también es linda.

Es esta visión del mundo la que Rosa Cantero refleja en sus libros: “Pólvora en chimangos” (2012), en el que la escritora de 76 años realiza un intento por “sacar a la mujer del lugar de objeto sexual, y que sea un sujeto deseante, y que lo pueda decir”; “El amor en tiempos del pami” (2018),  que en un tono cómico y relajado, refiere a temas propios de la vejez que nadie se anima a decir en voz alta; “Rosa en verde” (2019);  y “Lo senil no quita lo caliente” (2020), poemario inspirado en historias reales.

La obra de Rosa es disruptiva porque se enfrenta a las convenciones y creencias sobre lo que las personas mayores hacen y ya no hacen, o no pueden, no deben hacer, negando así sus posibilidades de placer sexual. Y esta poeta de 76 años revoluciona no sólo desde la escritura: participó, en 2018, de la muestra fotográfica “Yo misma. Historias de mujeres que se masturban” y, en 2019, del documental “Viejas que hierven”, en el que aparece desnuda.

Y mucha gente me cuestiona eso. ¿Cómo no tenés vergüenza toda arrugada, con estrías, con celulitis? Es mi cuerpo, tiene 76 años, me aguantó cinco partos, cinco lactancias, varias separaciones, varios amoríos. Entonces, está conmigo y yo lo amo, y lo veo hermoso.

Rosa Cantero es una mujer mayor que se anima a hablar de sexo y expresarlo a través del arte, pero para poder hacerlo tuvo que superar una visión del mundo transmitida por padres conservadores y por un contexto social patriarcal.

Yo también tuve que vencer mandatos, expresa Rosa, que narra cómo reaccionó su madre cuando le preguntó, siendo niña, qué era el aborto: Me dio dos cachetadas, que me tiraron al piso y me dijo, no hablés de eso, eso no se pregunta. Su padre sí le ofreció una respuesta, aunque en el mismo tono, relata Rosa: es algo que vos nunca en la vida tenés que hacer ni permitir que nadie se lo haga. Es una cosa horrible, un pecado mortal.

En mi casa eran muy conservadores, y yo me casé a los 17 años y antes de cumplir a los 18 ya tenía mi primer hijo, y mi marido era tan conservador como mis viejos. Nosotros nunca nos pusimos en bolas uno frente al otro, él hacía una descarga de pelotas y ya está y si él gozaba bien, y si yo no gozaba daba igual. Entonces no disfruté del sexo, estaba ahí para procrear. Para mí el mundo era mi casa, el trabajo de mi marido, cumplir con él, ser fiel y atenderlo como se merece un hombre y ya está, no había más que eso.

Y de esta manera, Rosa Cantero fue postergando la difusión de su arte hasta los 60 años, aunque escribe desde pequeña. Lo hacía en papelitos que luego desechaba para que no fueran descubiertos, primero por sus padres y después por su marido.

Su amor por la poesía surgió a los 9 años, cuando tuvo acceso a un manual de sus hermanos y leyó “El caballo de las calesitas” de Fernández Moreno

Entonces lo leía y lo leía, y me lo aprendí de memoria, amaba ese poema; y cuando cerca de los 12 años dije que yo cuando fuera grande iba a ser poeta, mi papá se puso de la nuca, me dijo: la poesía no es un tema para mujeres, las mujeres poetas o son locas o son putas. Bueno, viejo quédate tranquilo que cumplí con los dos.

Con los años, Rosa fue viviendo experiencias que la sacaron de su caja de cristal a un mundo lleno de posibilidades. Hoy se permite salir con un hombre mucho menor que ella, y hasta practicar sexo virtual, que descubrió en épocas pandémicas. Su apertura la liberó, aunque no sin críticas

Para mí la libertad es hacer lo que uno quiere, cuando uno quiere, y pagar un alto precio por eso. Es carísima la libertad. Cuando empecé a salir con este chico mucho más joven que yo, mucha gente me dejó de hablar por esa relación; y después de la exposición de cuadros, una amiga que yo tenía de muchos años, me dejó de hablar porque era una asquerosidad mostrar ese cuerpo así públicamente.

Pero su liberación no sólo le ha valido críticas, también es inspiración. En este sentido, Rosa María Cantero nos habla de otro tipo de reacciones ante la exposición de sus fotos desnuda

Se me acerca una señora muy delgadita y con la cara deforme, como que hubiera tenido un ACV, y me dice ¿te puedo dar un abrazo? ¡Claro!, y nos abrazamos, y me dice al oído: recién estoy descubriendo lo que es la libertad, y que yo soy libre, y la voy a empezar a ejercer a partir de ahora. Eso fue el premio Nobel de Literatura, el Oscar de la Academia para mí, porque decís: lo que estoy haciendo le llega a alguien y le cambia la vida, por un poquito, pero le cambia la vida.

Rosa se ha transformado en una referente para las personas de la tercera edad que intentan liberarse de sus propios mandatos y tabúes. Consciente de que su palabra sirve de guía a mucha gente, no evade esa responsabilidad

Una señora me preguntó una vez, si a los 70 años se podía ser transexual. Otra señora me preguntó si estaba mal usar juguetes sexuales. Me preguntan un montón de cosas, que por ahí tuve que desasnarme; yo no quiero contestar una boludez o sacármelo de encima.

Actualmente, Rosa Cantero adquiere conocimientos en Educación Sexual Integral (ESI) y, en este sentido, refiere a la epidemia de sífilis en los geriátricos; también mantiene contacto con un abogado que asesora en violencia domestica para adultos.

Ahora estoy armando un programa con eso. Cada vez que haga un evento de lectura, voy a mechar con un poco de eso (ESI) y un poco con esto de los derechos humanos, y de no dejar que nos violenten.