“SEVERINO, EL INFIERNO TIENE NOMBRE” EN LA PLATA
Escrito por Luz Lorenzo el 26 mayo, 2023
En Socorro entrevistamos a Gabriel Rodríguez Molina, autor del libro Severino y de su adaptación teatral, que encontró destino en la mítica calle Corrientes, y que ahora llega a nuestra ciudad.
“Severino, el infierno tiene nombre” tiene funciones todos los viernes en el Centro Cultural de la Cooperación en Buenos Aires, y el próximo 7 de julio se presentará, por única vez, en La Plata, en el Teatro Estudio. En Socorro de la 88.9, hablamos con Gabriel Molina, el creador de esta obra que registra las últimas horas del anarquista italiano Severino Di Giovanni, emigrado a Argentina en la década del 20 y quien luchó contra el fascismo hasta su fusilamiento, durante la Dictadura de Uriburu en 1931.
Gabriel penetró en un mundo nuevo al realizar la adaptación teatral de su libro «Severino”, publicado en 2021, su primera obra de teatro, que surgió como un grito en medio del silencio del aislamiento en pandemia
Me encontré con el silencio, escuchabas algún helicóptero que pasaba y era silencio absoluto. Y me gustó eso, en principio. Los primeros meses, aproveché para escribir un montón. Y después ya fue mucho silencio. Y tenía un poema (de Severino) que era el que a mí más me gustaba, que se llama “Grito Nocturno”, entonces dije, tal vez es el momento del grito, y bueno, me pareció que el teatro era la mejor forma de dar ese grito nocturno.
Gabriel Rodríguez Molina es un escritor, poeta y dramaturgo platense. Con poemarios como “El despertar de los ojos glaucos” (2017) y “Lágrimas de un pájaro” (2018), siempre estuvo más ligado a la poesía, encontrando en ella su mejor forma de expresión
La poesía es el abismo de la pregunta. El yo está cargado de tu yo histórico, sos vos, con tu biografía, con tu familia. Me parece que la poesía es una herramienta que viene a hacerle preguntas a tu ser más metafísico, más que histórico. ¿Quién sos? ¿De dónde venís? ¿Hacia dónde vas? Esas no son preguntas que tengan un yo, son preguntas que nos atraviesan a todos, son mundiales.
Posteriormente, Gabriel incursionó en el género de la novela con libros como “Guevara” (2020) y “Severino”, y con la adaptación de esta última, en el teatro. Obras en las que también expresa y deja salir su costado poético, casi como un acto de rebeldía
Mi costado más joven es siempre encarar los laburos que yo hago desde un lado poético, que me parece que es algo romántico, es algo que tiene que ver con cierta rebeldía en general. Los discursos que son predominantes en la literatura no son la poesía, son la novela, las ficciones a lo “Game of Thrones”, entonces cuando apareces con algo poético siempre es disruptivo.
En esa clave poética está escrita la novela y la obra teatral de Severino Di Giovanni, que repasa las últimas horas de vida de este personaje. Severino era un maestro rural en Italia, ligado al anarquismo; ante el ascenso de Mussolini huye hacia argentina. Se desempeñó como periodista y través de la pluma mantenía viva su lucha contra el fascismo, lucha que llevo aún más lejos con atentados en el City Bank y la Embajada de Estados Unidos, entre otros. Perseguido por la dictadura de Uriburu, fue finalmente atrapado, torturado y fusilado públicamente.
Gabriel Molina nos relata cuáles son las reacciones del público ante este personaje, su vida y su angustioso final
Hay mucha gente que llora, son momentos fuertes, digamos que no es para sensibles. Porque, en principio, es alguien que fue fusilado, alguien que fue torturado, una persona que fue perseguida toda su vida, así que obviamente que no es una obra suave. Pero en general, la gente se va impactada, cuando termina la obra nadie aplaude, porque se quedan medio pasmados, es un aplauso tardío. Siempre hay dos, tres, cuatro, cinco personas que se van lagrimeando y que después te abrazan y te agradecen, o gente que se va a investigar porque no conocía la vida de Severino.
El título de la obra se desprende directamente del libro, cuyo primer capítulo se llama “El infierno tiene nombre”, y se completa con “Umbrosos ríos de la memoria” y “Grito nocturno, una estructura tríptica tomada de la “Divina Comedia”, uno de los libros favoritos de Severino Di Giovanni.
¿Y “El infierno tiene nombre”? Bueno, quien se acerque a la obra o quien pueda leer el libro, va a ver a quién hace referencia. Viene de una referencia a un otro y bueno, toda la primer gran parte termina con esa frase. A mí me pareció fuerte, en su momento no me di cuenta y después el director de la obra me dijo: “Che, esto tiene que estar en el título”.
La obra cuenta con la dirección de Mariano Dossena, la actuación de Juan Manuel Correa como Severino, y la composición musical a cargo de julio Coviello. Una obra con mucha repercusión, que fue presentada el año pasado en una gira por el Conurbano y que además ya tiene planificadas presentaciones para este año en el interior del país, en Misiones y Chaco. Pero antes, tendrá su función en en La Plata, en el Teatro Estudio, en 3 y 39; con media sala venida, aún se puede conseguir entradas a través de Alternativa Teatral.
Gabriel Molina nos deja una reflexión final sobre lo que aprendió con Severino, un personaje que genera sentimientos encontrados por sus métodos violentos, pero que también estuvo dispuesto a entregar su vida por una causa.
Es un fuego eterno, es alguien que no dudó ni tembló, y para mí, una de las grandes enseñanzas que me deja, es que cuando a Severino lo van a fusilar y le quieren vendar los ojos, él dijo “venda no, yo voy a mirar”, eligió quedar cara a cara contra el verdugo. Y bueno, el verdugo en nuestros tiempos toma muchas formas, cada uno tiene sus verdugos dando vueltas y mirarlo a la cara, no tenerle miedo y afrontar eso con las armas que uno haya elegido, eso para mí es sagrado.