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MALNUTRICIÓN: ENTRE EL EXCESO Y EL DÉFICIT

Escrito por el 18 mayo, 2023

En la columna de nutrición de El Oeste Despierta hablamos de la malnutrición provocada por exceso o déficit de alimentos y sus nutrientes, abordando aquellos factores que influyen en nuestra conducta alimentaria.

malnutrición

En El Oeste Despierta de la 88.9, se abrió nuevamente el espacio de alimentación saludable en el Juan Riquelme y Julieta Flores hablaron de desnutrición, sobrepeso y obesidad; tipos de malnutrición generadas por déficit o exceso, pero que no siempre tiene relación directa con el peso corporal.

“La nutrición va mucho más allá que este concepto de cómo nos vemos y si tenemos más kilos o menos kilos, de lo que creemos desde nuestras percepciones sobre qué es lo saludable”, expresa Juan, y menciona que una persona con una alimentación saludable puede tener sobrepeso, debido a la existencia de factores biológicos tales como el hipertiroidismo, hipotiroidismo, ovario poliquístico, “complicaciones de fondo que te hacen subir de peso de forma natural, así como también bajar de forma natural”.

De una población mundial de 8.000 millones de personas, 1.000 millones sufren de desnutrición, escasez de alimentos y/o nutrientes. En el otro extremo, más de 2.000 millones padecen una malnutrición por exceso y, cada año, mueren 4 millones de personas por enfermedades asociadas con esta problemática: diabetes, cáncer, enfermedades cardiovasculares y respiratorias. En este sentido, Julieta agrega que en Argentina de cada diez personas, siete tienen sobrepeso u obesidad.

Como se mencionó anteriormente, puede haber causas biológicas que provoquen pérdida o aumento de peso; pero la malnutrición, como problemática, se ve atravesada por múltiples factores.

Juan Riquelme expresa que se requiere de un compromiso del Estado, de políticas públicas en materia alimentaria que proporcionen información y eduquen a la población: desde instituciones como la escuela, introduciendo materias sobre alimentación saludable y nutrición, hasta el propio núcleo familiar, siendo el primer proveedor de alimentos. Nuestro columnista señala que los indicadores de malnutrición pueden revertirse “educando a las nuevas generaciones”.

Juan agrega que se trata de un problema más macro: estas cifras de obesidad, desnutrición y hambre que asustan, se encuentran en directa relación con una desigual distribución de la riqueza y con el modelo económico imperante en mundo, que termina por socavar la soberanía alimentaria de algunos países en beneficio de otros:

“Países como Estados Unidos, Inglaterra, Francia, países que son imperialistas y lo que hacen finalmente es impedir que estos países puedan prosperar o desarrollarse y mantener este estatus de desigualdad en el mundo que a ellos les beneficia, pero que impide avanzar en lo que es la desigualdad alimentaria”.

En este contexto algunos estados no logran proporciona seguridad alimentaria a su población, aquella que implica garantizar alimentos para todos los ciudadanos, tanto en cantidad como en calidad. Es decir, alimentos que aporten los niveles nutricionales necesarios, que no sólo engorden, sino que nutran.

Julieta Flores señala el ejemplo de la doble carga de malnutrición, como reflejo de lo que ocurre cuando se tiene acceso a un limitado grupo de alimentos: en el mismo núcleo familiar, niños con desnutrición y madres con exceso de peso, debido al consumo de alimentos ricos en hidratos de carbono, de alto contenido energético y económicamente más accesibles, y bajo consumo de frutas y verduras.

Los niños en edad de crecimiento gastan rápidamente estas calorías que se acumulan en el adulto: entre el déficit y el sobrepeso, madre e hijo muestran igualmente deficiencia de micronutrientes. Y aquí cerramos el círculo respecto a que el peso corporal no es un indicador por si solo de un buen estado de salud.

En este sentido, Julieta también hace referencia a la obesidad oculta, una obesidad de tipo metabólica, que permite decir que “una persona se ve aparentemente delgada o normal, pero resulta que todos los indicadores en sangre muestran que en realidad hay un exceso de grasa circulando a través del cuerpo”.

Por otro lado, tener acceso económico a los alimentos no elimina conductas adquiridas y hasta culturales, que pueden reducir el tipo de alimento que consumimos y, aunque desde nuestra autopercepción tengamos un peso saludable, al optar por un menor grupo de alimentos y variedad nutrientes provoca malnutrición por déficit. En este sentido es que retomamos la importancia no solo del acceso, sino de la educación alimentaria.

Todo esto demuestra que el análisis del estado nutricional debe someterse a profesionales, puesto que va mucho más allá de lo que podemos ver. Algo a tener en cuenta también cuando intentamos someter nuestro cuerpo a los estándares de belleza, en lo que Julieta presenta como el modelo corporal hegemónico.

Julieta señala que el concepto de belleza ha variado de acuerdo a la época, a las culturas y sociedades, lo que demuestra que el concepto no es general y absoluto, sino más bien subjetivo. Pero desde el marketing y la publicidad se construye un estereotipo de belleza, un tipo de cuerpo ideal, que se impone como “el modelo corporal”, mensaje que se transmite a la población.

Juan hace referencia a la enorme presión que esto crea en las generaciones más jóvenes, “sometidas a intentar alcanzar estos ideales y la verdad es que esto, en realidad, está generando también aumentar las enfermedades de trastorno de conducta alimentaria y posicionar a Argentina, por ejemplo, como uno de los principales exponentes de Latinoamérica”.

Para cerrar el espacio, Julieta Flores nos pide que recurramos a los profesionales de la salud alimentaria sin poner el tema del peso en el centro de la consulta, ya que por sí solo no es indicador de buena o mala salud; y que encaremos planes nutricionales con el objetivo de estar saludables, y no de cumplir estándares de belleza.

Tenemos que querernos como somos, y encarar el proceso nutricional con nuestro cuerpo desde el amor: “no podemos pretender encontrar un buen resultado con alguien que estamos en guerra, ¿no?”, concluye nuestra especialista.


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