EL BENEFICIO DE LOS REPRESORES
Escrito por Sady Giménez el 17 mayo, 2022
El pasado viernes 13 de mayo se llevó acabo el final del juicio a los represores Miguel Etchecolatz y Julio Garachico por los crímenes de lesa humanidad cometidos en el Pozo de Arana.
La sentencia que inició cerca del mediodía del día viernes en el primer piso del Tribunal Oral Federal N°1 de La Plata, en la calle 8 entre 50 y 51, fue desarrollada con público presente por primera vez desde su inicio en agosto del año pasado en pleno contexto de pandemia.
Finalmente, tras 17 audiencias, la justicia determinó la prisión perpetua para ambos represores quienes estuvieron ausentes en la sala debido a las condiciones en las que se encuentran. Etchecolatz, internado en una clínica recibió su novena condena a prisión perpetua y Garachico, en sillas de ruedas y con prisión domiciliaria en su casa de Mar del Plata, fue sentenciado por segunda vez a condena perpetua.
Bajo este panorama, El Oeste Despierta dialogó con Rubén López, hijo de Jorge Julio López, el primero en declarar en la causa que se abrió en el año 2006 en dónde mencionó a Garachico como uno de los principales torturadores, punto clave para seguir con la investigación.
Rubén manifestó su malestar ante este veredicto dictado por los jueces José Antonio Michilini, Andrés Basso y Alejandro Esmoris que beneficia a los represores seguir gozando de la libertad; «tenemos mucha bronca» y remarcó también que los magistrados «quieren a los represores en la casa, antes de que se apele el fallo ya tenían prisión domiciliaria».
Ante este hecho, la querella investiga lo sucedido mientras esperan el fallo definitivo a dictarse en próximo mes, en junio.
Esta audiencia pública, la primera en que familiares de víctimas pudieron asistir tras la pandemia, permitió tener un lugar para presenciar el veredicto y continuar con el pedido de cárcel común, perpetua y efectiva para los responsables.