Out of context: cuando el rock y el fútbol se unen en situaciones extrañas

El rock y el fútbol no siempre van de la mano, pese a ser una pasión popular y multitudinaria, en muchas ocasiones quedan pintados. En FM Raíces Rock te llevamos a recorrer situaciones muy extrañas.

El rock y el fútbol nos dieron momentos de gran alegría, como el Diego haciendo juegitos con una pelota de tenis en pleno recital de la Bersuit Vergabarat mientras sonaba «El Baile de la Gambeta», pero en otras situaciones dejan mucho que desear.

CALAMARO EN EL INFIERNO ROJO

Es mi situación out of context favorita. Andrés Calamaro es un reconocido hincha de Independiente y un fanático del Palomo Usuriaga. Mientras el «Rojo» se disputaba la semifinal de la Supercopa en 1994 en Avellanada, una cabellera caracteristica gozaba de la función deportiva detrás de uno de los arcos.

Al finalizar el partido, el entonces notero Varsky llegó al Salmón: “El Rojo, qué equipo tiene, qué jugadores, qué goles que metió”.

CHARLY Y EL SAQUE DEL MEDIO

El rock le dio oportunidades a cientos de jóvenes de vivir la vida de sus sueños. A Charly lo llevó a dar el puntapié inicial en la  Recopa Sudamericana que disputaron en Miami Boca Juniors y Cienciano de Perú.

“Y… más o menos. Se lleva mejor con la música”, respondió el fenómeno de Tití Fernadez cuando le preguntaron la relación de Charly con el fútbol.

EL PICADO DE HERMÉTICA

Tocar en un estadio de fútbol te da la chance de disponer de las instalaciones deportivas durante varias jornadas. Los pibes de Hermética lo aprovecharon a full. Luego de realizar los preparativos y la prueba de sonidos, la banda se relajó jugando un ‘picadito’ entre ellos para alivianar la presión antes de un recital de rock pesado.

JARVIS COCKER, DE ROCKERO A ‘GOLEADOR’

Durante los 90′, la industria del rock organizaba partidos de futbol entre las bandas más populares del momento. Entre ellos, la fecha se disputó entre Blur y Pulp, donde Jarvis Cocker se destacó del resto por sus dotes anti-deportivos.

En la previa del partido, los micrófonos estallaron al referirse a Jarvis como «el delantero estrella», luego la historia fue distinta. No la tocó. Horas más tardes confesó que nunca había tocado la pelota porque le daba miedo que le peguen un pelotazo en la cara.