Sublimar
Escrito por Leonardo Fusero el 17 julio, 2020
Por: Leo Fusero
Stiglitz, Piketty y más de 70 economistas llamaron a apoyar a la Argentina en el canje de deuda. La principal advertencia que realizaron es que los acreedores no deben reescribir las reglas. Los especialistas internacionales aludieron de esta forma a la pretensión del denominado Grupo Ad Hoc de que todos los bonos nuevos que la Argentina emita para el canje estén regidos por las Cláusulas de Acción Colectiva de 2005 y 2010, dejando de lado las cláusulas que comenzaron a correr a partir de 2014, más beneficiosas para los países. En el fondo saben que la Argentina está siendo utilizada como caso testigo, ya que más de 50 países deberán renegociar su deuda externa luego de la pandemia. Si el país cede a las presiones de los Fondos de Inversión globales se crearía un precedente desastroso que retrasaría en más de una década el desarrollo de la arquitectura legal internacional para la deuda soberana. La propuesta de los acreedores es reemplazar las CAC con arreglos más antiguos, que podrían conducir nuevamente a la depredación de fondos buitres que un número creciente de países ha enfrentado en las últimas dos décadas.
Lo que vendrá en la etapa post-pandemia puede intuirse por los cierres definitivos de locales comerciales. Solo en galerías porteñas bajaron sus persianas 2.900 locales. De los 7.057 locales distribuidos en las 153 galerías comerciales de los diferentes barrios de la ciudad de Buenos Aires, el 41% no volverá a abrir después de la cuarentena. Al igual que los restaurantes, bares y hoteles, los paseos de compras que supieron tener locales con renombradas marcas están muriendo de manera acelerada.
El desastre económico que se avecina no podrá ser enfrentado con tibieza y dudas. A contramano a esa realidad, al anunciar una nueva prórroga del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) que abarcará a todas las provincias del país, el presidente declaró que «el IFE significa que millones de argentinos no caigan en la pobreza, pero es una herramienta de emergencia que no vamos a poder dar siempre». El IFE representa un gasto de $90.000 millones por mes, y ayuda a 9 millones de personas. Al mismo tiempo, el pago de Leliqs le cuesta el Estado $57.000 millones por mes, que se transfieren a diez bancos que están cerrados, no tienen giro comercial, ni siquiera aceptan depósitos por caja, torturan a jubilados haciéndoles sacar turnos on line y esperar hasta cobrar su jubilación, pero reciben el subsidio estatal sin ningún descuento ni amenaza de terminación por parte del presidente. Su otra declaración poco feliz es la que hizo por radio, al anunciar que “se había equivocado” con la decisión de Vicentín. Sería bueno anunciarle que a Vicentín se le suma en el corto plazo Molino Cañuelas. La empresa quedó debiendo casi 1.400 millones de dólares a los bancos y lleva meses sin pagar. Los acreedores se debaten entre pedir el concurso y la quiebra. Cañuelas molienda un tercio de la harina que se utiliza en el país. Si Vicentín fue un error, queda claro que si Cañuelas quiebra, el error no va a voler a repetirse, evitando el presidente el enojo de los columnistas de Clarín que tanto lo incomodan. El pueblo no tendrá ni pan, pero eso es un problema secundario. Lo importante es que Morales Solá no se enoje cuando va día por medio a Olivos.
Lo que es evidente que no se modificará nunca es la prepotencia del poder real, explicitada en el viaje de Macri al Paraguay. En medio de la pandemia, sin ninguna tarea esencial que justifique su ausencia del país, acompañado de su secretario privado que fue allanado la semana pasada e intentó borrar su teléfono atrincherado en su auto, Macri llegó a la capital guaraní transportado en una aeronave propiedad de una empresa acusada de tráfico ilegal de cigarrillos perteneciente al ex presidente paraguayo. La firma paraguaya asegura que solo produce para el mercado local, pero eso implicaría que cada paraguayo fumara unos 1.300 cigarrillos al día. Gran parte del excedente de producción se destina al contrabando en Brasil y Argentina. El Conurbano está plagado de esos cigarrillos que salen de costo 16 pesos y Mauri y sus amigos venden a 130. Macri es socio de Horacio Cartes en tan lucrativo negocio, por eso fue tan efusivo el recibimiento que contó con un fuerte abrazo y un apretón de manos pero que no respetó ningún protocolo sanitario, no cumplió con el distanciamiento social y no utilizó barbijo. Entre contrabandistas se entienden. El espiador tiene una historia ligada al Paraguay al haber construido parte de Yaciretá, bautizada como obra emblema de la corrupción por Carlos Menem, con sus empresas relacionadas Yacelec, Sideco e Impregilo.
Mientras Fernández se va sublimando, pasando de un gobierno en estado sólido a una nebulosa gaseosa sin dirección aparente, el núcleo duro del poder real avanza casilleros sin que nadie los moleste. El error de Fernández con Vicentín es no haber anunciado la expropiación dado el historial delincuencial de la empresa, que es solo un caso más y típico de la historia compartida por la oligarquía argentina de la cual Macri es heredero. Onganía le dio gratis al Grupo Vicentín las hectáreas en Santa Fe que hoy ocupa. Martínez de Hoz le otorgó el puerto sobre el río Paraná. Cavallo le estatizó la deuda privada que tenía el grupo y Macri le concedió dinero equivalente a cien años de planes sociales. La evolución y diversificación de la oligarquía agro(soja)pecuaria tiene dos principales etapas a lo largo de más de 140 años: primero como dueños de las tierras robadas al estado pero manteniendo a las mismas improductivas, esperando su valorización inmobiliaria por el paso de las vías de tren de las cuales ellos mismos decidían los trayectos, y luego con las innovaciones tecnológicas, aumentando los rindes con paquetes venenosos como el glifosato que expandió la frontera agraria. A partir de esa tecnológia, las semillas transgénicas y la aparición de la soja demandada por el mercado mundial, se modifica en gran parte la tenencia de la tierra, se expanden las fronteras agrícolas hasta el punto que capitales argentinos arriendan grandes extensiones de tierra en Paraguay y Bolivia para cultivar soja. El país les quedó chico y generan tierras cultivables donde sea, sin importar para ello el arrasar bosques, selvas y provocar daños ambientales irreparables. Los apellidos tradicionales se asocian con nuevos jugadores como Grobocopotel, el mayor productor de soja del país que no es poseedor de un metro cuadrado de tierra y arrienda toda tierra que cultiva, pero que gracias al glifosato ha aumentado los rindes por hectárea a niveles impensados hace tres décadas atrás sin necesidad de productores o sin requerir mayor cantidad de mano de obra. Es la agricultura sin agricultores.
La mitad del ganado se alimenta en feed lots ya que la salvaje expansión de las fronteras agrícolas les quitó espacio para alimentarse como históricamente lo hacía y producía la mejor carne del mundo por la calidad de las pasturas. Muchos de los pequeños y medianos productores que cultivaban los productos tradicionales (trigo, maíz, centeno) nucleados en la FAA trasvasaron su condición de productor a rentistas, alquilando sus propiedades a los pools de siembra u otros terratenientes poderosos. Toda su actividad productiva se limita a pasar una vez al mes por su ciudad o pueblo a cobrar los alquileres en dólares y regresar a sus departamentos en los mejore barrios de la Capital. La oligarquía diversificada encarnada en Macri es el espejo de la desaparición la burguesía nacional. Fernández insiste en el error histórico de promover planes y formular invitaciones para que se incluyan en un programa de desarrollo nacional de un país del que no se sienten parte, ya que las originales empresas nacionales hoy son transnacionales cuyos intereses no coinciden con los de la nación. Alejados del mercado interno están subordinados a la valorización financiera de sus excedentes, los cuales en gran parte son dolarizados y fugados, haciendo que sus intereses confluyan con los del mercado financiero internacional y se distancien de la tierra y la comunidad, a los que realmente pertenecen.