La vida de todo hombre es un camino hacia si mismo
Escrito por nicohernandez el 18 abril, 2016
Cajale Cazazo presentó “Para los ojos”, su más reciente placa discográfica, en El Teatro Bar de La Plata. FM Raíces Rock, El Bondi, Ritmo y Sustancia estuvo allí. (Y hasta te diría que Nadar la noche también).
Por Rodrigo Fonollosa
Foto gentiliza Valeria Paez
Late
En la misma ruta. La de cuidar a los pibes, y salir de la pantalla, para ver, la posta en HD. Para los ojos, debajo de la piel. De los disfraces en la calle libertad, la bandera se flamea trepando al cielo aunque una lluvia la detenga, porque ya lo sabemos todos tenemos un poco de miedo pero no queda otra que seguir creciendo desde el pie. Entonces, si todo pogo es político más lo es el que nace de un puñado de pibitos y pibitas de medio cuerpo arriba y el resto pez -como en Hesse- sin mochilas de razón, sin el cómo ni el por qué, también son los raperos que subieron en el recital de los diez años cajaleros, son los hijos de Cajale, son los pibes para la liberación, son los alumnos del Profe Yuyi en una escuela rural. Se parecen, con diferencias y todo se parecen, a otros pibes que veo en las marchas, nos exigen che cuidanos, no te borres ni te prendas en cualquiera ni te calles ni te caigas que acá
estamos ¡Salve un pibe, detenga a un patrullero! Por el rostro te para la gorra/ Te dice “salvate, hacete buchón”/ -con Luciano no pudieron- / O te sube al coche con luces a dar una vuelta, siniestra.
Cajale Cazazo está amplificando la potencia de su voz y de sus huesos a niveles infrasonoros que lo condenan a habitar junto a otras voces muchas en la conciencia colectiva del que lucha y se resiente cuando siente que no existe ya una mínima certeza con la que pararse de manos.
Tras los arrolladores “días cantados”, que barrían contra las rejas de la inercia colectiva y sus prejuicios de clase desclasada. Un disco plagado de joyitas, memorables himnos en claves Cumbio/Rockeras – Latinoamérica/Río platense/Criollas, prestigiadas por las participaciones del “gran pez” Alejandro Balbis y del líder de “La vela puerca” Sebastián Teysera. Después de ese remolino, de pechito plantando vara tan alta que tan cara a la múltiple y selecta estirpe de disco generacionalmente considerado clásico, sobrevino un abrazo de -y a- la familia cajalera con el video de “Saltémonos los lunes”, que se reactualiza como fueguito colectivo para aguantar las toscas cada vez que suena.
Es una banda formada en el centro de la ciudad capital ricotera por excelencia, que se asemeja a las formadas en los márgenes de la periferia. Yuyi y Ricki se devoran el escenario, cada vez más músicos, cada vez más aplomados, como los Kubilai-Lucas de Mostruo!, cantan sin micrófono y tocan aún con guitarra o bajo imaginaria en sus dedos.
Y los vientos y la percusión. Todo suena cada vez más sólido, aún si el sonido no es el ideal. Acusan en sus ritmos y fraseos las huellas de la vieja guardia Besuit-Piojos más la trama experimental de Las Pelotas junto con la entraña más pura del Rock barrial que encuentra en el trinomio autóctono Don Lunfardo-Cumparsita-Gardeles sus más destacados referentes. “Para los ojos” le significa a Cajale mutación, zonas inexploradas que parecieran perfeccionar las esenciales, un disco en tono sepia que invita a correrse de lado para ver la realidad desde el caleidoscopio.
A fines de no extenderme hasta aburrir, dejaré para otro papel, la página del anecdotario, la caja de historias que representa cada experiencia en un concierto de la banda.
Te sugiero no escucharlos si lo que buscás acaso es una banda de rock súper cool bien mal vestida. Te sugiero no escucharlos si pensás que no hay manera de que una canción te salve del hastío de morirte en este mundo de mierda y de vivir sin una estúpida razón para hacerlo. Te sugiero que te cuides de creerte entre los dueños y voceros de las cosas, que esas cosas no son cosas son personas. Cajale te pregunta -te interpela- Qué van a decirte/ si alimentan tus fantasmas hoy/ Quien comprará miedo/ en ofertas de vidriera/ si ya sabés el precio/ de gatillo en la ribera […]
La locura
De verlos
Socios del silencio
De los negros agujeros
De noticias que borran
Culpa y huella como el fuego
Son diestros militantes
De la guita que sostiene
Tanta mentira alzada
Son la mugre en nuestra alfombra
Que no te confundan
Sereno y equilibrado
Sos carne y ese diente
Va zarpado de afilado
Voy a ser la impaciencia
Del que complaciente espera
Y voy a ser madera
La que partirá mil hachas hoy.
(De “Qué van a decirte”)