Delitos de Lesa Humanidad
Escrito por nicohernandez el 17 enero, 2011
FUENTE: Página/12
Desde fines del año pasado en los Juicios llevados a cabo en Mendoza las violaciones cometidas a las prisioneras en tiempos de la Dictadura comenzaron a ser consideradas como delitos de lesa humanidad. Anteriormente se consideraban «hechos eventuales» por lo tanto prescribían. Al establecerse que eran prácticas sistemáticas en el marco de la Dictadura Militar los hechos comienzan a juzgarse de la misma manera que las torturas.
Dos policías retirados que integraron el D2, el centro de detención y torturas de la ciudad de Mendoza en la última dictadura militar, fueron detenidos y encarcelados, tras ser denunciados en el juicio por crímenes de lesa humanidad que se sigue en la capital provincial por una testigo que los señaló como quienes la violaron de modo reiterado durante los nueve meses que estuvo presa en la cárcel clandestina que funcionaba en la Central de Policía de la calle Belgrano. Uno de ellos trabajaba actualmente en la planta verificadora de autos que maneja la fuerza. «Me manoseaban en la celda, me violaban«, contó Rosa del Carmen Gómez. Ella y otras dos testigos más del juicio, Silvia Ontivero y Luz Faingold, relataron, con mucho dolor, haber sido violadas salvajemente durante su permanencia en el D2. «Soportamos todo tipo de torturas, pero quizá la más horrorosa fue que por la calidad de mujer me violaron varias veces al día cuanto señor estaba de turno«, declaró Ontivero y recordó con «horror» cómo otra de las detenidas, que estaba recién operada, también fue vejada sexualmente. «Hasta hoy recuerdo sus sollozos diciendo que era virgen y entonces hicieron una violación contra natura«, dijo Ontivero, que tiene hoy 60 años y llegó desde Chile, donde vive, para testificar. Faingold era menor de edad cuando fue detenida y violada: tenía 17 años recién cumplidos.
«Esas violaciones ocurrían muchas veces, 10, 15 o 20 por día. Hay compañeras a las que las violaban cada media hora«, explicó otro de los testigos, ex detenido desaparecido, Fernando Rule.
Como ya salió a la luz en otros juicios por los delitos de lesa humanidad cometidos, cada vez con más detalles queda en evidencia que «las violaciones sexuales se produjeron en todos los centros clandestinos en forma sistemática«, destacó la abogada querellante del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, Viviana Beigel.
Desde fines del año pasado en los Juicios llevados a cabo en Mendoza las violaciones cometidas a las prisioneras en tiempos de la Dictadura comenzaron a ser consideradas como delitos de lesa humanidad. Anteriormente se consideraban «hechos eventuales» por lo tanto prescribían. Al establecerse que eran prácticas sistemáticas en el marco de la Dictadura Militar los hechos comienzan a juzgarse de la misma manera que las torturas.
Dos policías retirados que integraron el D2, el centro de detención y torturas de la ciudad de Mendoza en la última dictadura militar, fueron detenidos y encarcelados, tras ser denunciados en el juicio por crímenes de lesa humanidad que se sigue en la capital provincial por una testigo que los señaló como quienes la violaron de modo reiterado durante los nueve meses que estuvo presa en la cárcel clandestina que funcionaba en la Central de Policía de la calle Belgrano. Uno de ellos trabajaba actualmente en la planta verificadora de autos que maneja la fuerza. «Me manoseaban en la celda, me violaban«, contó Rosa del Carmen Gómez. Ella y otras dos testigos más del juicio, Silvia Ontivero y Luz Faingold, relataron, con mucho dolor, haber sido violadas salvajemente durante su permanencia en el D2. «Soportamos todo tipo de torturas, pero quizá la más horrorosa fue que por la calidad de mujer me violaron varias veces al día cuanto señor estaba de turno«, declaró Ontivero y recordó con «horror» cómo otra de las detenidas, que estaba recién operada, también fue vejada sexualmente. «Hasta hoy recuerdo sus sollozos diciendo que era virgen y entonces hicieron una violación contra natura«, dijo Ontivero, que tiene hoy 60 años y llegó desde Chile, donde vive, para testificar. Faingold era menor de edad cuando fue detenida y violada: tenía 17 años recién cumplidos.
«Esas violaciones ocurrían muchas veces, 10, 15 o 20 por día. Hay compañeras a las que las violaban cada media hora«, explicó otro de los testigos, ex detenido desaparecido, Fernando Rule.
Como ya salió a la luz en otros juicios por los delitos de lesa humanidad cometidos, cada vez con más detalles queda en evidencia que «las violaciones sexuales se produjeron en todos los centros clandestinos en forma sistemática«, destacó la abogada querellante del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, Viviana Beigel.