Una jueza y una fiscal del Fuero de Responsabilidad Juvenil platense descargaron sobre la inseguridad bonaerense todo el peso de la ley. Dos chicos de 16 años fueron detenidos el martes 23 por intentar comprar bajo amenaza una botella de vino en un supermercado de barrio de la capital provincial. No es un error de tipeo, es correcto, comprar bajo amenaza. No lo lograron porque los dos matones del local mostraron sus armas. Los dos adolescentes arrojaron entonces su plata al piso y corrieron con la botella en la mano. Apenas diez metros. La veloz y decidida acción de una Patrulla Juvenil de Casal logró prevenir la fuga, detener a los dos malhechores y trasladarlos a la comisaría. Se puso en funcionamiento el aceitado engranaje judicial: tres días después, la fiscal Silvina Pérez los imputaba de robo calificado por el uso de arma y pedía su prisión preventiva. La jueza del mismo fuero, María José Lescano, consciente de la peligrosidad del hecho, aprobó el pedido. El defensor oficial, Julián Axat, apelará la detención por absurda, pero pedirá la elevación a juicio oral si ésta fuera rechazada, para evitar la prolongación de la preventiva. En tal caso, el juicio oral correrá por cuenta del Estado, que deberá invertir bastante más que el valor de la botella. La balanza de la Justicia quedó algo deteriorada, pero en fin, todo sea por lo más importante, el vino (7 pesos en góndola con tarjeta o efectivo) felizmente recuperado intacto para su legítimo dueño.
Los dos adolescentes cuidan coches desde muy chicos. “Cuidamos para no robar”, declaró uno de ellos. Son habitués del supermercado Aníbal, ubicado en la calle 5 entre 49 y 50, muy cercano al centro platense. El dueño solía venderles bebidas alcohólicas.
Por algún motivo, entre los chicos y el dueño comenzó a complicarse la relación, que derivó en la negativa a venderles alcohol por tratarse de menores de 18 años.
El defensor oficial, Julián Axat, sostuvo que “la botella de vino (supuestamente desapoderada) ha sido recuperada también de inmediato, es decir no ha existido perjuicio económico alguno para la víctima; no ha existido violencia efectiva sobre la víctima, sólo una violencia moral que la víctima ni los testigos se han presentado a ratificar”, y consideró que el “principio de insignificancia” del delito de un producto recuperado es aplicable. “La detención en casos de adultos ya sería un absurdo –sostuvo Axat–, mucho más en el caso de menores, cuando la Convención de los Derechos del Niño impide llegar a una situación semejante.” Axat trabajaba en la presentación de la apelación. En caso de ser rechazada, solicitará el juicio oral.