La justicia desestimó la denuncia penal de Garro contra senegaleses

La Municipalidad de Garro había realizado una denuncia penal contra trabajadores ambulantes de la comunidad senegalesa de la ciudad y contra un abogado del Colectivo de abogadxs populares La Ciega que acompaña en la lucha de sus derechos, a casi dos años la justicia desestimó el pedido «por inexistencia de delito».

En pleno contexto de pandemia, Julio Garro acompañado de la ex Secretaria de Control Urbano de la Municipalidad de La Plata Virginia Pérez Cattáneo presentó una grave denuncia ante el Juzgado Federal N° 1 de La Plata, donde acusó a trabajadores ambulantes senegaleses y parte del equipo de del Colectivo La Ciega por  integrar una red criminal transnacional dedicada al tráfico y trata de senegaleses con fines de explotación laboral.

Finalmente luego de un año y siete meses el Juzgado Federal resolvió «Desestimar la denuncia que dio origen a la presente causa y en consecuencia ARCHIVAR las presentes actuaciones por inexistencia de delito».

«Esta denuncia fue una campaña difamatoria sin ningún tipo de pruebas, fue una campaña política, mediática, orquestada desde el estado municipal» comentaba al aire de Raíces Rock, Damián Brumer, abogado del Colectivo de abogadxs populares La Ciega, quién también fue denunciado por la comuna por defender los intereses del sector popular.

A su vez agregó que Garro «violó la ley que respeta los derechos humanos y las comunidades migrantes buscando que la ciudad sea transitable para una parte de la sociedad que nada tiene que ver con los intereses de los sectores populares».

«Garro desde que ganó las elecciones viene persiguiendo a todos los laburantes, principalmente a los laburantes de la economía popular, particularmente a manteros de la comunidad senegalesa» manifestó haciendo referencia que los operativos desarrollados por Control Urbano junto a la Policía de la Ciudad sólo era para perseguir a la comunidad senegalesa aprovechando su estado de vulnerabilidad.

Brumer sostuvo además que la lucha contra el código de (in)convivencia que plante Garro para una ciudad céntrica para un cierto sector «es clave para generar otras condiciones y disputar el espacio público». En ese marco, manifestó que la comuna se empeñó en «instalar en la opinión pública la idea de que los comerciantes están en contra de los vendedores ambulantes senegaleses» aunque la realidad es otra.