#InformeEspecial: ¿Por qué la negociación de la deuda fue clave?
Escrito por Pacho González el 12 agosto, 2020
El acuerdo despejó el panorama de vencimientos de corto plazo y facilita el proceso para llegar también a acuerdos con el FMI y con los otros acreedores privados. Las claves de una negociación histórica.
Una vez más, un gobierno democrático popular se hace cargo y remedia la resaca de la deuda y del default de gobiernos autoritarios y neoliberales.
«Nunca fuimos locos gobernando. Siempre arreglamos los problemas que otros generaron, una vez más, vamos a arreglar los problemas que otros generaron», decía Alberto Fernández, la mismísima noche del 11 de agosto de 2019, día, en que el Frente de Todos, le daba una paliza electoral al gobierno de Juntos por el Cambio.
La renegociación exitosa de la deuda externa con acreedores privados es un hito para nuestro país.
Implica un ahorro de 31.600 millones de dólares (el pasivo involucrado era de 68.843 millones de dólares), despeja el panorama de vencimientos de corto plazo y facilita el proceso para llegar también a acuerdos con el FMI y con los otros acreedores privados con títulos bajo legislación local a quienes se les prometió condiciones equitativas al canje logrado.
A la salida sustentable del default, se le agregan otros factores relevantes de la economía local y de la mundial que permiten avizorar un panorama de fuerte recuperación.
Solo por poner algunos números a los acuerdos conseguidos por “el Sacachispas”, Martin Guzmán, como lo quisieron “descalificar» Feinmann y Viale Junior.
* El alivio de pagos para los próximos cinco años suma 42.500 millones de dólares.
* La tasa de interés de los nuevos bonos será en promedio 3,07 por ciento anual, cuando la anterior era de casi 7,00.
* Los pagos de deuda en los próximos cinco años serán de sólo 4500 millones de dólares, cuando el monto original era de 30.200 millones.
* En este proceso de reestructuración se pagaron a los bancos las comisiones más bajas de la historia por emisión de deuda. La era Macri pagó de 0,14 a 0,18 por ciento, y en este acuerdo sería de 0,10 por ciento o un poco menos en el momento de cerrarse la operación global.
El equipo local proacreedores aseguraba que la estrategia oficial era equivocada, cuando se demostró en los hechos que fue acertada.
Afirmaba que se perdió mucho tiempo hasta acordar, cuando el promedio mundial de este tipo de reestructuraciones es de 13 meses y este acuerdo se concretó en 7 en medio de una pandemia y una negociación compleja que tuvo que ser mantenida vía comunicación virtual.
La recuperación de la actividad podrá tener un impacto sobre la inflación pero, de ninguna forma, podrá acelerarse en la medida que pronosticaban los analistas de mayor resonancia mediática que vaticinaban, en promedio, desde abril pasado que la inflación de 2020 sería del 45%.
Lo más probable es que se ubique entre el 32% y 36% (para llegar al extremo de este rango en un esquema lineal todos los meses debería rondar el 3%).
Eso significaría una reducción seguramente superior a los 20 puntos porcentuales en relación al registro de 2019, así sería la desaceleración más fuerte desde la salida de la convertibilidad.
La recuperación, en su primera etapa, no implicará tensiones distributivas irresolubles.
La derecha mediática, el análisis vulgar, economistas especialistas en pronósticos fallidos y filibusteros de la city intentarán mostrar que los acreedores le doblaron el brazo a Guzmán.
No es lo que piensan BlackRock ni el resto de los fondos que se disciplinó a los dictados del más poderoso administrador de cartera del mercado financiero global.
Por un papel de deuda de 100 dólares de valor nominal recibirán otro por apenas arriba de 54 dólares.
Es un misterio que con ese canje se piense que los acreedores están contentos. La mayoría de los fondos compró los bonos al valor de emisión; sólo unos pocos acumularon esos papeles con sus cotizaciones derrapadas.
La firmeza en la negociación de Alberto Fernández, que eludió las presiones para desplazar a Guzmán como pedían a gritos voceros locales de los acreedores, definió un esquema de pagos que implicará un importante alivio para las finanzas.
La diferencia con la oferta original presentada el 21 de abril pasado a los acreedores del exterior es de unos 11.500 millones de dólares de más pagos de capital e intereses.
Pero cualquiera que alguna vez haya participado de una negociación, hasta en la compra de un inmueble, sabe que este tipo de tratativas no se define ni en la primera ni en la segunda propuesta.
El acuerdo con los acreedores es un triunfo político de Fernández. Uno de los principales activos de los gobiernos kirchneristas fue el éxito de la negociación con los acreedores. Fernández podrá también mostrar ese atributo.
Los números que dejó Macri
Mauricio Macri dejó la presidencia con una deuda en moneda extranjera que fue la peor marca desde el 2001.
Vencimientos de deuda por casi 224 mil millones de dólares es la “pesada herencia», que recibió Alberto Fernandez, por parte de su antecesor.
El Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV), indicó que la deuda en moneda extranjera superó el 80% del total y alcanzó los niveles más altos desde la salida de la crisis del 2001.
Lo pagado de intereses entre enero y octubre de 2019, equivale a 20.000 centros de atención primaria; 6.500 escuelas; 4.000 km de autopistas; 30 satélites ARSAT; 5 líneas de subte; o 1 central Atucha.
Lo que se viene, la negociación con el FMI
Para el Ministro de Economía, Martin Guzmán, la negociación con el FMI «será dura» y cerrará a comienzos del año próximo.
«No lo vemos rápido el acuerdo por la cantidad de cuestiones que hay que negociar», indicó el ministro a Télam, y remarcó que no se hará «nada que vaya en contra de un sendero de desarrollo virtuoso y estable para la Argentina”.
“Vamos a generar un debate amplio que va a llevar tiempo; vamos a discutir cada detalle sobre la base de la prudencia. Va a llevar meses, es posible que recién a comienzos del año que viene podamos cerrar”, aseveró el ministro.