Pese al reclamo vecinal, Garro acabó con el patrimonio cultural
Escrito por Brandon Escobar el 25 octubre, 2021
Ante la inconformidad por el plan llevado a cabo por el Jefe Comunal de la Municipalidad de La Plata, Julio Garro, vecinos optaron por realizar una jornada de visibilización de los adoquines de la metrópoli.
En el día de ayer, vecinos y vecinas efectuaron un evento que tenía como objetivo tomar conciencia del significado y lo que representan los “adoquines platenses», y para ello hubo intervenciones de distintos/as protagonistas, reflexiones acerca del tema y se repasó la historia del adoquinado que representa de cierta forma a La Plata y su esencia.
El acontecimiento surgió ante la indignación y como respuestas a la pavimentación que inició la gestión de Julio Garro en varias calles que estaban adoquinadas en la ciudad. Lo cierto es que un sector que siente a La Plata en alma y cuerpo, está disconforme con la medida y es por ello que tomó acción para defender un patrimonio del lugar.
Además, y más allá de lo que cada habitante pueda sentir, desde lo legal, vale recordar que el empedrado público de las calles fue protegido en 1998 a partir de la Ordenanza 9008, por considerarlo parte del “Patrimonio Arquitectónico y Cultural” de la ciudad. Así, se resolvió mantener en buen estado el adoquinado debido a su relevancia histórica y con el objetivo de evitar afectar o destruir el valor cultural que representa.
Una vecina que vive por la zona de diagonal 78, se refirió a la situación y expresó: “Los adoquines estaban en perfecto estado, eran un patrimonio”. “Se sabía que una vez asfaltado, esto iba a ser una pista de carreras y así fue”, agregó la mujer frente a la medida de Garro.
“Es terrible la velocidad y hay muchos colegios en la zona”, sentenció la residente que no estuvo nada contenta con la situación, y que ahora debe adaptarse a la nueva realidad, en donde los vehículos podrán circular con más velocidad e intensidad que antes, en zonas que se caracterizan por su tenue tranquilidad que ya no será tal gracias a Julio Garro.