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Celos y desconfianza

Escrito por el 11 septiembre, 2025

«Celos y desconfianza en la pareja», fue el tema abordado en la columna de psicología con Alberto Sánchez, quien profundizó sobre a cuestión en el programa de El Oeste Despierta.

Los celos en las relaciones humanas fueron un factor a transitar y enfrentar históricamente pero desde un tiempo a esta parte, y con el devenir de las nuevas tecnologías que promueven y agigantan el abanico de «opciones» a la hora de conocer nuevas personas, la desconfianza y los celos irracionales, hicieron mella en los distintos vínculos.

Por tal motivo, desde El Oeste Despierta se abordó la temática con el psicólogo, Alberto Sánchez, quien habló sobre la cuestión y desglosó las diferentes vertientes que componen la problemática, tanto a nivel individual como lo que significa para la pareja en sí.

¿QUÉ SON LOS CELOS? ¿Y CÓMO DIFERENCIAR EL CELO IRRACIONAL DE UNA DESCONFIANZA FUNDAMENTADA?

«Ser algo celoso, también, implica que la otra persona me interesa. Si yo por no ser celoso, soy desaprensivo y totalmente frío con mi pareja, tampoco está bueno», aclaró Sánchez en un comienzo.

«No están buenos los extremos. Supongamos que no soy celoso en extremo pero la otra persona comienza a ponerse misteriosa, como por ejemplo, escondiendo el celular cuando se va a ducha. Y no está bueno espiar el celular pero tampoco está bueno esconderlo», mencionó.

«No hay nada mejor que hablarlo, con una pregunta abierta: ‘El otro día, ví esto ¿Qué tenes para decirme?’. Siempre va a ser mejor hablar. Nada de andar mandando a un amigo o pidiéndole que controle a la persona. Y si en algún momento, la desconfianza llega a un nivel muy alto, hay que frenar ahí o inclusive, cortar la relación», afirmó.

«Si voy a estar con alguien del cual no soporto sus misterios, eso ya no es amor. Esa pareja no va a funcionar. La ruptura sería un poco extremo pero es algo que habría que considerar», sostuvo el psicólogo.

¿CÓMO ENCARAR UNA CONVERSACIÓN POR CELOS?

«El tema es lograr conversaciones tranquilas sobre temas que pueden ser un poco complicadas. Pero no hay que evitar el tema, sino hablarlo con serenidad y en un momento calmo. Tiene que ver el contexto, y cómo me dirijo a mi pareja, si en vez de preguntas interrogatorias, casi como si fuera un careo judicial, son preguntas abiertas, como un ‘te escucho’, más que ‘¿qué hiciste a tal hora?'», apuntó.

«Eso pone la cosa muy complicada. Y puede llegar muy lejos porque a veces los ánimos se exaltan demasiado, y eso ya no es amor. Es ‘te vigilo, te controlo’ o del otro lado, ‘me siento vigilado y controlado’. Esa relación se sale de los carriles, por eso me atrevo a proponer algo tan extremo como la distancia», enfatizó.

«En casos muy extremos de celos y control, se producen los femicidios. Entonces es mejor soltar. Mirá: ‘Seguí tu camino, y yo el mío. En todo este tiempo te he querido mucho pero esta situación se repite, y no vamos a terminar bien’. Los incendios forestales comenzaron con una colilla de cigarrillo», analizó.

Celos

¿LOS CELOS SE CONSTRUYEN O NACEN CON NOSOTROS?

«Esto viene desde la lejana infancia, cuando de chiquitos, la mamá la dice a la nena: ‘Vos sos mía’, y ella le dice ‘No, soy de papá’. Ahí ya empieza a formarse la cuestión. En el origen de la cuestión de los celos, tiene que ver con el apropiamiento de alguien, así como nos apropiarnos de las cosas. Hay algo de ‘esta es mi novia’, ‘este es mi esposo’, entonces en algún momento, termina siendo natural que las cosas la sienta como mías», subrayó.

«El punto es cuando ésta cuestión del apropiamiento, llega a extremos exagerados, de control, de sentirse dueño de la vida del otro. Ahí ya estamos en un problema. Si decir ‘mío’ tiene que ver con el afecto, con el cariño, con el compartir, entonces vamos bien. Es eso lo que uno tiene que pensar, tanto para sí mismo como para la pareja», profundizó.

¿LOS CELOS TIENEN SOLUCIÓN?

«Tiene mejorías. No es como el cigarrillo, que alguien con mucha ayuda profesional, lo elimina. Pero si un día baja las defensas, y alguien le convidó, aceptó y recayó. Es algo que siempre permanece pero puede reducirse mucho. Yo creo que es algo que queda, por eso ahí es donde uno tiene que cuidarse y evitar situaciones que lo lleven a que resurjan los celos de una manera desproporcionada», concluyó.

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