Barrio El Juncal: Abandono, desolación y desesperado pedido de ayuda
Escrito por Brandon Escobar el 22 agosto, 2025
El barrio El Juncal se encuentra en un estado de abandono como pocas veces se ha visto, y así lo reflejaron vecinos del lugar junto a José «Pepe» Giménez, en la última entevista realizada en El Oeste Despierta.

Pozos, baches, falta de recolección de basura y calles en pésimo estado son parte del paisaje cotidiano en el oeste de la ciudad. Asimismo, y desgraciadamente, la falta de luminarias y el abandono generalizado completan un cuadro de desidia que, puntualmente, los vecinos de El Juncal, vienen denunciando hace años, sin obtener soluciones concretas.
En este marco, El Oeste Despierta, entrevistó a José «Pepe» Giménez, hombre que día a día recorre los barrios más carenciados y necesitados de las zonas, históricamente abandonadas, de la ciudad de La Plata. A su vez, consigo estaba Luis, vecino y protagonista de la triste realidad que atraviesa el barrio El Juncal.
«El domingo estuvimos en el barrio El Juncal, donde tienen problemas de inseguridad. Estuvimos en la calle 177 y 35, donde tienen un puente que se está derrumbando. Con las lluvias de los últimos días, quedó muy poco del puente», inició José Giménez.

Por su parte, Luis, vecino de El Juncal, sumó su testimonio: «En su momento, le pedimos ayuda a Julio Garro, por un puente que fue hecho por una desarrolladora que se llevó dos millones de dólares, quizás. Y no pudo invertir treinta mil dólares en un puente como la gente. Fuimos estafados».
«No podemos salir. Estamos buscando ayuda de quien nos pueda dar una mano, para solucionar los problemas que tenemos dentro del barrio, como la inseguridad, las calles y el puente», continuó.
Y agregó: «El único acceso que tenemos al barrio, ahora, es la calle 177 y 35, que tiene un puentecito que fue derribado tres veces por el arroyo. Pedimos ayuda un montón de veces a la inmobiliaria y a la Municipalidad, pero terminamos haciéndonos cargo nosotros, tirando escombro y todo a pulmón. De otra manera, no tendríamos salida del barrio, para poder trabajar. En los días de lluvia, salimos por la gracia de Dios».

«El otro acceso que tenemos es el Cristo Rey, pero tenes que irte veinte cuadras, y pegar una vuelta terrible para poder entrar al barrio, cuando en realidad, el acceso lo tenemos por la 44», mencionó.
Luego, «Pepe» Giménez, sumó: «Estuvimos en ese barrio y es un acceso que no aguanta una lluvia más. Va a quedar aislado todo el barrio. La necesidad del puente es muy grande. También calles en las que se pueda circular».
Y explicó: «Los vecinos en algún momento han recaudado plata, con la que han hecho el puente nuevamente, y han mejorado la calle con escombros. Sin embargo, cuando llueve, el arroyo se lleva todo a su paso».
También contó situaciones que ocurrieron en donde el estado de las calles, dificultó sobremanera el accionar de policías y bomberos que intentaron ingresar al barrio para socorrer a los vecinos.

Y en relación a ello, dijo: «Hubo problemas, como cuando llovió durante una fiesta, en la que se accidentó una nena y no la podía llevar al hospital por el estado de las calles. En otro momento, se prendió fuego una casa y no podían entrar los bomberos porque justo había llovido y estaba todo lleno de barro. Otro día, llamaron un patrullero, y se encajó el patrullero. Vino otro a sacarlo, y se encajaron los dos patrulleros».
«Así está viviendo esta gente hace varios años. Han comprado lotes legalmente, de buena fe, y fueron estafados. Entonces están buscando, también, una solución para poder escriturar sus casas», añadió.
En torno a esta problemática, Luis, complementó: «También pedimos tener luz como la gente, porque no tenemos tensión. No podes prender una heladera. Nosotros compramos legítimamente, un lote de terreno con los servicios básicos. No nos lo regalaron, lo hemos comprado».

Respecto a si alguna autoridad competente, escuchó sus reclamos, o si hay intenciones de darles soluciones reales, Giménez, contó: «Hay comunicación con la delegación de Melchor Romero pero aún no tienen soluciones».
Por otra parte, Luis, confesó: «Quisimos hacer un puente en 139 y 35, como hace tres años, cuando habíamos reunido una buena parte del dinero pero hasta ahora, no recibimos ningún mejora».
Tal es la desgracia, y la incidencia de las calles en las vidas cotidianas, que muchos vecinos se ven limitados a la hora de disfrutar de los vínculos con sus hijos. «La gente, al no tener calles como la gente, no puede llamar al patrullero cuando sufre un robo. Me contaban que no se pueden ir a pasear con sus hijos porque seguro les entran a robar. Hay casos en los que las personas fueron robadas más de veinte veces», esgrimió Giménez.
«La vez pasada, los vecinos me mostraron que de una casa, quedó el contrapiso y la pileta de natación porque estaba enterrada y era de material. Después lo que eran paredes, aberturas, techo, no les quedó nada. Tendrían que tener un acceso como la gente, para poder llamar a un patrullero, y que entre en el momento», afirmó.

«El principal problema son las calles. Yo no tengo lugar para quedarme fuera del barrio. Sí o sí tengo que volver a mi casa. Sin embargo, hay gente que tiene la posibilidad de quedarse fuera del barrio, en la casa del hermano, la hermana, o de alguien los días de lluvia, y se quedan. ¿Qué pasa? Que cuando vienen al otro día, e ingresan a su casa, se encuentran con la casa desmantelada», sostuvo Luis.
Tal es la problemática, y la falta de ayuda, que los vecinos que quieren hacerse cargo, terminan peleando entre ellos. «Las veces que llueve, tenemos que pensar bien qué hacer. Nos preocupa a todos los vecinos, porque cuando llueve, los vecinos se pelean porque uno quiere poner escombros pero otros no pueden, y comienzan a pelearse cuando no debería ser así», reflexionó Luis.
Y concluyó: «Si querés entrar a El Juncal, tenes que entrar con impulso, haciendo Rally, porque donde te fuiste a un costadito, te fuiste a la zanja. Sacamos como a seis vecinos de la zanja, porque se han metido de trompa, y los hemos tenido que ayudar. A otro vecino se le incendió el micro, y los bomberos, apenas pudieron entrar. El acceso es primordial, junto con la luz».
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