Erika necesita una silla de ruedas
Escrito por Brandon Escobar el 21 julio, 2025
Enorme llamado a la solidaridad, en nombre de Erika, quien necesita de la ayuda de los y las platenses para conseguir una silla de ruedas que le mejore la calidad de vida.

En una nueva entrevista durante la emisión de El Oeste Despierta, se realizó un llamado a la solidaridad, para ayudar a Gabriela Rosa y su hija, Erika, quien necesita una silla de ruedas debido a las diversas trabas que le presenta el sistema y la realidad económica que atraviesan.
José «Pepe» Giménez, vecino del barrio de San Carlos, es uno de los encargados de acompañar a Gabriela, en su pedido de ayuda para su hija. Giménez se hizo presente junto a la madre de Erika, y contó que requieren de la solidaridad de los vecinos para darle una mano a Gabriela, ya sea con pañales, ideas para recaudar fondos, o sencillamente con lo más importante, que es la silla de rueda.
Gabriela Rosa, contó una de las tantas y amargas experiencias que tuvo que atravesar cuando fue a solicitar los remedios para su hija, quien sufre una discapacidad y no puede moverse por sus propios medios. «Me dicen que filme a la nena cuando tenga convulsiones, y de acuerdo a lo que vean, van a decidir si me dan o no el remedio», dijo.
«Yo les expliqué que en el momento que pensé que casi la perdía, no podía ponerme a filmarla», agregó Gabriela, dejando en evidencia los destratos y humillaciones que a menudo deben padecer las familias que acompañan a un integrante que tiene una discapacidad.
Respecto a los motivos que le impiden el acceso a una silla de ruedas, Gabriela Rosa, mencionó: «Hace quince años que estoy esperando la silla de rueda. Desde la Mutual Profe, hace veinte años que me están descontando la mutual todos los meses, y me dicen que está fundida». Y añadió: «Eso también es una manera de robar porque te descuentan algo que después no te da un servicio».
En este contexto, es importante entender que la silla de ruedas es un dispositivo fundamental para personas con discapacidad, ya que les proporciona movilidad, independencia y facilita su participación en la sociedad. Les permite acceder a lugares que de otra manera serían inaccesibles, contribuyendo a una mayor inclusión social y mejorando su calidad de vida.
Por su parte, José Giménez, se refirió al valor de la silla que necesita Erika: «Sabemos que hay gente buena. La silla vale alrededor 800.000 o 1.000.000 de pesos, que a lo mejor no es mucha plata pero como somos gente laburante, nos cuesta reunir esa cantidad».

«La silla que necesita es postural. Le mejoraría la calidad de vida. Este año hice un trámite y me dijeron que no me la van a dar, porque con el cambio de gobierno, si quiero la silla tengo que ir a Buenos Aires», afirmó Gabriela.
«Les expliqué que me cuesta moverme con ella, además de que económicamente tampoco puedo. Pedí si me pueden enviar una asistente social y me la negaron. Para ella, una silla de ruedas, es como respirar», agregó.
«Fui a Anses a pedir un préstamo y, me dijeron: ‘Que la nena diga cuánto quiere y cómo va a pagar’. Le pregunté ¿vos estas mirando a mi hija como es? ¿A vos te parece que ella te puede responder? Parace una tomada de pelo», confesó. Y culminó: «‘No, no, si ella no dice cuánto quiere y cómo va a pagar, así no se puede’, me contestó. Y bueno, me fui con bronca y me senté en una plaza a llorar».
«Yo no pretendo que me tengan lástima, sino que me respeten porque están hablando de mi hija. Yo soy apoderada pero ¿para qué tengo el poder si no puedo responder por ella? Es una basureada tras otra. Ningún nene discapacitado está así porque quiere», concluyó.
A modo de cierre, «Pepe» mencionó que también estan pensando en realizar un evento a beneficio en San Carlos, para recaudar algo de dinero y poder financiar la compra de la silla de ruedas, en caso de que no puedan conseguirla por otros medios.